jueves, 10 de marzo de 2016

Azulejo trianero de Ana Ruiz Hernández (1)

¿Continuará? Con este interrogante dejaba la saga machadiense hace ya más de cuatro años. Y puede que esto de hoy sea una continuación, ¿por qué no?

A veces el futuro suele estar en el pasado. Y tanto.

Precisamente tal día como hoy del 2015, entonces cayó en martes, en la trianera calle Betis número 11, fue inaugurada una placa de azulejos colocada sobre la fachada de la casa en la que nació Ana Ruiz Hernández.

Esposa que fue de Antonio Machado Álvarez ‘Demófilo’ y madre de los poetas Manuel y Antonio Machado Ruiz o Antonio y Manuel Machado Ruiz. Como deseen. En ella podemos leer:

ANA RUIZ HERNÁNDEZ, madre de los poetas Manuel y Antonio Machado, nació
en esta casa el 28-2-1854 y murió en la localidad francesa de Colliure el 25-2-1939.
Que su recuerdo perdure como el olor de la hierbabuena y la albahaca.
Triana, diciembre 2014.

Y como bien dice en el azulejo, murió en el pueblo francés de Colliure a cuya estación llegaron una lluviosa tarde de finales de enero de 1939, ella con sus hijos Antonio y José y la esposa de éste.

Veintinueve días después, el 25 de febrero de 1939 moría Ana Ruiz a los 85 años de edad. Tres días antes, el día 22, lo había hecho su hijo Antonio que había llegado muy enfermo.

En España, Manuel, se entera por la prensa de la muerte de su hermano y prepara inmediatamente el viaje para Francia. Cuando llega, el mismo el día 25, se encuentra con su madre que acababa de fallecer también.

Lejos parecían quedar ya las penalidades sufridas camino del exilio. Y que había empezado cuando llegó la rebelión militar del 18 de julio de 1936 y pasado unos meses, el gobierno decidió dejar Madrid para trasladarse a Valencia.

Entonces Antonio y su madre Ana, que en esas fechas están en la capital, hacen lo propio.

Y en Valencia permanecen hasta abril de 1938, desde donde emprenden el destierro hacia Francia. Un largo y penoso camino con la dura travesía a pie incluida de los Pirineos, y en la que les ayuda a cruzar la frontera, el novelista y periodista Corpus Barga.

Él es quien porta a veces a la madre del poeta en sus brazos.

Es ya una anciana de 84 años que apenas se tiene en pie y que como cree que en realidad se vuelven para Sevilla, de vez en cuando le pregunta a su hijo con voz queda, Antonio, ¿cuándo llegamos a Sevilla?

Pero no. Ni ella ni su hijo llegaron nunca a Sevilla. Ambos morirían en aquel rincón de pescadores francés, donde sus restos permanecen aún. Esperemos que para siempre.

Antonio sería el último familiar al que Ana sobreviviría.

Era ya el segundo hijo que veía morir tras la prematura muerte de la pequeña Cipriana (1900), que lo hizo con sólo cinco años de edad, siendo la menor de los seis hermanos y única hembra.

Poco después moría su suegra, la abuela Cipriana (1904).

Y unos años antes lo había hecho su suegro Antonio Machado Núñez (1815-1896) que tuvo también la desgracia de sobrevivir a su único hijo, Antonio, que falleció en 1893.

Como si fueran las dos caras de una moneda, Demófilo lo hizo casi a las espaldas de la casa donde había nacido quien, pasado el tiempo, fue su mujer Ana. Allí en la misma calle Pureza del arrabal trianero.

Así lo atestigua un azulejo. (Continuará)




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