domingo, 23 de marzo de 2014

Tiempo o clima, ¿qué se dice? (1)


Era una de las preguntas que dejaba en el aire -la Pantoja dixit, más o menos-, al final de esa serie de entradas que, a inicios del mes de febrero, dedicamos a asuntos tan de actualidad como: calentamiento global, cambio climático, efecto invernadero, gases expelidos por la humanidad y, lo que es más interesante, sus posibles interrelaciones.

Preguntas cuyas respuestas quedaron flotando en el aire -Dylan dixit ahora, también más o menos-, pero que me permito bajarlas a tierra, por si tienen a bien leerlas.

Diferenciando tiempo de clima
De vez en cuando, nos enteramos por los medios de comunicación, que cierto evento debió ser suspendido por las adversas circunstancias meteorológicas. Así es como lo expresan algunos periodistas.

Claro que otros, para el mismo sucedido, hablan de malas condiciones climáticas, como causa de la suspensión.

Incluso los hay que lo achacan al pésimo clima. Y tampoco faltan, de los que culpabilizan al mal tiempo, de la desgraciada suspensión.

Aunque no hay duda de que todos comprendemos qué es lo que nos quieren decir, mi recelo nace de las expresiones y términos que utilizan para ello ¿Son equivalentes todos ellos?

Pues lamento decirles que, mucho me temo, va a ser que no. Desde el punto de vista de la ciencia, no son lo mismo. Veamos.

Tiempo meteorológico
Doy por hecho que están al tanto de que me refiero al meteorológico, y no al físico, al astronómico, al psicológico, etcétera. Por tiempo meteorológico se entiende el estado de la atmósfera en una localización geográfica concreta y en un momento determinado.

Comprende el cómputo total de propiedades físicas y fenómenos atmosféricos como presión, temperatura, viento, lluvia, tormenta, etcétera, previstas para unos pocos días y en una zona pequeña del planeta, como por ejemplo puede ser España.

Para entendernos, de este tipo de tiempo es del que nos informan los ‘telediarios`, ya saben a qué tipo de programa televisivo me refiero.

Y ya que cito tormenta, abro un paréntesis que si lo desean, desde ya les digo, que bien puede saltarse. En realidad no es más que una aclaración de términos. Está visto que hoy va de eso. Perdonen.

Paréntesis tormentero
Cuando en una tormenta, la diferencia de potencial que se establece entre la parte inferior de la nube y la superficie terrestre es lo suficientemente alta, se puede producir una descarga eléctrica en zigzag, que conocemos como rayo.

Pero ¡ojo!, no es al propio rayo al que vemos en el cielo. Lo que nosotros vemos del rayo, o sea de la descarga eléctrica, se denomina relámpago. De modo que éste, el relámpago, es el efecto visible o luminoso de aquél, el rayo.

Pero no es él. Se trata de una confusión frecuente entre ambos términos.

El relámpago es una de las energías electromagnéticas del rayo. Una que podemos ver y que se propaga a una velocidad de 300 000 km/s, es decir la de la luz. Por el contrario, el rayo avanza “sólo” a 140 000 km/s.

Pero los rayos o descargas eléctricas no sólo tienen un efecto visible o relámpago, que distinguimos por tanto con los ojos. También producen un efecto sonoro que denominamos trueno.

Una combinación de movimientos de expansión y contracción del aire o atmósfera, conocidos como ondas de presión o de choque, que es la explicación física del sonido u ondas sónicas. Que en este caso, llamamos trueno y que se propaga a “tan sólo” a 340 m/s. (Continuará)




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