domingo, 29 de abril de 2018

‘Einsteinturm’, más peculiaridades nobeleras

(Continuación) Como recordarán el genio se encontraba por esas fechas inmerso en su “triunfal paseo relativista” por medio mundo y, como a él les gustaba humorísticamente decir: “silbando mi teoría de la relatividad”.
El caso es que hasta el verano de 1923 no pudo encontrar un hueco en su agenda y acudir a Estocolmo, donde por fin recogió el premio. Premio que, ojo no lo olviden, recibió por el efecto fotoeléctrico, si bien el discurso de aceptación que pronunció nada tenía que ver con dicho efecto sino con la relatividad, faltaba más. Su título, por si están interesados, fue: ‘Ideas y Problemas Fundamentales de la Teoría de la Relatividad’. Estarán conmigo que no podía ser de otra manera.
- Robert Vivian Pound (1919-2010), Premio Nobel de Física en 1952. Bueno en realidad, si buscan la lista de galardonados para ese año y especialidad, lo que podrán leer es que fue concedido al físico suizo Felix Bloch (1905-1983) y al estadounidense Edward Mills Purcell (1912 -1997) que lo compartieron por sus investigaciones independientes, “por su desarrollo de nuevos métodos para las mediciones de precisión magnética nuclear y los descubrimientos en relación con eso”.
Es la técnica que en la actualidad conocemos como resonancia magnética nuclear (RMN) y que Pound ayudó a descubrir aunque, por una cuestión de limitación en el número de destinatarios del premio, sólo se designaran dos y él quedara fuera. No obstante su nombre fue mencionado de forma explícita en uno de los discursos de la entrega, “el experimento muy interesante que realizó junto con el Dr. Pound”. Al César lo que es del César...
- Rudolf Ludwig Mössbauer (1929-2011), Premio Nobel de Física en 1961 “por sus investigaciones sobre la absorción de la resonancia de la radiación gamma y por su descubrimiento relacionado del efecto que lleva su nombre” y que el físico alemán compartió con el estadounidense
Robert Hofstadter (1915-1990) que lo recibió “por sus estudios pioneros sobre la dispersión de los electrones en el núcleo atómico y por sus descubrimientos logrados en relación con la estructura de los nucleones”.
De la Arquitectura
No puedo ir cerrando esta ya larga serie, consta por ahora de 22 entregas y arrancó allá por las postrimerías del invierno pasado, sin hacer un comentario sobre la disciplina de la arquitectura, esa actividad humana en la que se aúnan como en pocas: ciencia, técnica y arte.
Una profesión con arte en la forma -son obras de arte como continente, algunos de los edificios que construyen-, y con ciencia y técnica en el fondo, por lo que necesita de ellas en su contenido. Sin intención de agotar el tema, un arquitecto necesita conocer la resistencia y plasticidad ante la carga que deben soportar, de aquellos componentes, estructuras y materiales que constituyen un edificio.
Y éste es un conocimiento que le aportan disciplinas como: la ciencia de los materiales, un campo multidisciplinar encargado de investigar la relación entre la estructura y las propiedades de los materiales; esa parte de la mecánica que se ocupa de la composición de fuerzas, es decir la estática; y naturalmente ese otro campo de conocimientos que atraviesa a casi todas las ciencias, de la naturaleza o no, y que es la matemática , no olvidemos que la arquitectura es geometría, sea plana o curva. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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