domingo, 22 de octubre de 2017

Tiempo, amor y muerte: Thánatos

(Continuación) Tiempo, amor y muerte, tres temáticas potentes y fecundas donde las haya, que como pocos ignoran resultan ser recurrentes, atractivas e inevitables en poesía. Bueno, en puridad hay quien añade otra, las moscas, que quizás por ser tan familiares no han tenido un “digno cantor” o sí.
A lo mejor resulta que no hay nada más poético que las moscas... Pero ése es otro asunto que no toca hoy. Así que vayamos a los que nos traen -Kronos, Eros y Thánatos-, y finalicemos con el tercero, Thánatos.
Abril es el mes más cruel
Aunque su pálpito es de primavera desbocada y su sangre alegre y bulliciosa, sin embargo abril es un mes maldito para el poeta estadounidense T. S. Eliot (1888-1965), y es que para él, el cuarto mes del calendario gregoriano no está exento de muerte. Algo así como un insólito y primaveral cruce de energía renovada y continuada crueldad, pues.
Su verso, quizá de los más citados de la poesía contemporánea, nos muestra la paradoja: “Abril es el mes más cruel, criando / lilas de la tierra muerta, mezclando / memoria y deseo, removiendo / turbias raíces con lluvia de primavera”. Ya lo ven, una turbadora e incomprensible mezcla de muerte y vida, o de vida y muerte, ustedes verán.
Es probable que sea sólo casualidad el hecho de que el mismo año en el que Elliot publicara su famoso poema, el también poeta pero alemán Rainer María Rilke (1875-1926) escribiera su inolvidable verso: “Todo ángel es terrible”.
Al poeta alemán -que estuvo en Ronda unos meses y de la que quedó enamorado: “He buscado por todo el mundo mi ciudad soñada, y la he encontrado en Ronda”- le preocupaban el amor y la muerte. Bien visto es difícil imaginar una muerte más poética, al menos más arquetípicamente poética, que la suya. Se la resumo por si no caen.
La leyenda dice que murió al pincharse con una de las espinas de la rosa, que cortó para ofrecérsela a una dama muy querida. Pero eso es lo que dice la leyenda, en realidad murió de leucemia. Aunque bien es cierto que la herida producida por la espina se infectó, y su sangre fue incapaz de cerrarla lo que precipitó su muerte.

En su epitafio, sus propias palabras: “Rosa, ¡oh contradicción pura! Alegría de ser sueño de nadie bajo tantos párpados”. Como pueden ver, si el amor y el sufrimiento son poéticos, la vida y la muerte de Rilke fueron, profundamente, poéticas. Cruel Thánatos.
Adenda cultureta
En el terreno de la mitología, más en concreto de la griega, Tánatos es el dios de la muerte sin violencia y suave como su hermano gemelo Hipnos lo es del sueño.
En el campo del psicoanálisis Tánatos es la pulsión de muerte, como Eros es la pulsión de vida a quien se opone. Ni que decirles tengo que el inefable Sigmund Freud (buscar en el blog) incluyó la idea en su teoría psicoanalítica. Cómo no.




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