lunes, 11 de septiembre de 2017

Las cabras, unas drogadictas iniciáticas...

(Continuación) No podíamos continuar con la cadena de drogadicción animal presente en la naturaleza, sin que apareciera en ella el que pasa por ser el primero que puso al hombre en la pista de aquellas plantas y hongos, cuya ingesta produce excitantes efectos.
En efecto me refiero a la cabra o chiva, un mamífero artiodáctilo de la subfamilia Caprina (Capra aegagrus hircus) que vive domesticado entre nosotros desde hace unos diez mil años y de cuya observación el hombre ha aprendido no pocas cosas. Entre otras los efectos que producen en el organismo animal diferentes bayas, arbustos y setas cuando se consumen.
Una actividad en la que el ganado cabrío se ha mostrado como un fecundo descubridor de estas plantas, ya les adelanté que a su manera eran iniciáticas, en cuya composición intervienen distintas sustancias químicas euforizantes.

Plantas como el frijol de mezcal, el khat, las setas y naturalmente el café. Veamos.
Frijol de mezcal
Del primero solo añadir que es uno de los nombres comunes del mezcal, una planta cuyo nombre científico es Sophora secundiflora perteneciente a la familia de las Fabaceae y de la que a partir de sus semillas, se preparan bebidas con fuertes poderes alucinógenos de alta toxicidad.
Hoy sabemos que estas características derivan del hecho de que en su composición se encuentre un alcaloide llamado citisina, de nombre sistemático (IUPAC)  (1R,5S)-1,2,3,4,5,6-Hexahydro-1,5-methano-8H-pyrido[1,2a][1,5]diazocin-8-one y fórmula molecular C11H14N2.
Un alcaloide que por cierto guarda relación desde el punto de vista farmacológico, con otro que ya ha aparecido enrocado muchas veces [Usar Buscador del blog]. Me refiero al que se encuentra en la planta del tabaco y responde al nombre de nicotina, conocido por su nombre sistemático (IUPAC) de (S)-3-(1-metilpirrolidin-2-il) y por su fórmula empírica C10H14N2.
Debido a su alta toxicidad (puede llevar a la muerte), con el paso del tiempo el hombre ha sustituido las bebidas de mezcal, por otros alucinógenos como por ejemplo el peyote. Las cabras por el contrario, a la primera de cambio y en cuanto pueden, le siguen dando al mezcal.
Animalitos, qué van a hacer si no. Si a lo mejor es lo que tienen más a mano y ya saben de lo que va. Normal. En cualquier caso sepan que las cabras se encuentran entre los animales más adictos que conocemos. Pero que muy adictos.
Khat o qat
Son dos de los nombres comunes con los que es conocido el que científicamente se denomina Catha edulis de la familia Celastraceae, una fanerógama originaria de zonas tropicales del África oriental y un potente estimulante vegetal.
Es la razón por la que en Etiopía y Yemen las cabras mascan con avidez sus hojas, dadas sus extraordinarias propiedades euforizantes. Unos efectos que no pasaron desapercibidos por los habitantes de esas regiones, que desde entonces comparten pasión con las cabras por el khat.
Desde el punto de vista químico sus principios activos son dos alcaloides psicotrópicos: la catina y la catinona que es la más activa de las dos y principal contribuyente al efecto estimulante de la Catha edulis. Ambas son sustancias psicoestimulantes derivadas de la fenetilamina y emparentadas con las anfetaminas.
No les digo más de ellas, salvo un par o tres de detalles sobre la planta y sus efectos.
Uno. El qat es probablemente la planta con las propiedades psicoestimulantes más potentes que se conoce en la actualidad. Dos. Se trata de un euforizante que millones de personas mascan asiduamente en Oriente Medio.


Y tres. Conocida también como “flor del paraíso” las cabras se pirran, se vuelven locas vamos, por comerlas. (Continuará)







1 comentario :

Antonio Lebrón dijo...

He descubierto su blog por casulaidad y me parece de lo más interesante. Enhorabuen.