viernes, 8 de septiembre de 2017

El caso de los jaboncillos (1)

Estando de charla la otra tarde, un viejo conocido con muy buena memoria me recordó la divertida historia hotelera de “los jaboncillos de la habitación 719”. Y así de memoria, aunque nunca la tuve muy buena, mal que bien se la pongo negro sobre blanco.
Está basada en un intercambio de notas que supuestamente tuvo lugar entre un cliente del hotel, el Sr. Contreras de la 719 y, en un principio, el servicio de habitaciones. Todo empieza con una simple nota escrita del cliente, algo de lo más normal. Lo malo es que con el tiempo se complica.
Lean y verán, más o menos dice así.
Señora de la Limpieza: Por favor no vuelva a dejar más jaboncillos en mi cuarto de baño. Tengo mi propia pastilla de jabón de tamaño normal, y no utilizo otra. Retire cuando pueda, los seis (6)  jaboncillos que están junto al grifo del lavabo y los otros tres (3) de la jabonera de la ducha. Muy agradecido, Sr. Contreras
Estimado Cliente: No soy la señora de la limpieza que atiende su habitación habitualmente, ya que hoy es su día de fiesta. Sin embargo, siguiendo sus instrucciones, he retirado los nueve (9) jaboncillos (los he puesto encima del aparato de toallitas, por si cambia de opinión). Sólo están los tres (3) que he dejado hoy, siguiendo las órdenes del jefe de servicio. Julia, limpiadora de apoyo.
S.L.: Espero que ya sea la señora de la limpieza habitual. Parece ser que Julia no le habló de mi nota jabonera, ya que me he encontrado otros tres (3) jaboncillos más, debajo del botiquín. Como voy a estar veinte días en el hotel y me molestan al afeitarme, me estorban al lavarme los dientes y ¡no los voy a necesitar para nada!, le ruego que los retire lo más pronto posible. Sr. Contreras.
Estimado Sr. Contreras: El pasado miércoles fue mi día libre, por lo que la doncella suplente dejó los tres (3) jaboncillos que, como bien sabe, mandan los jefes de servicio del hotel se haga a diario.
He recogido los seis (6) jaboncillos del estante -que le molestan en su aseo personal- y los he puesto en la jabonera de la ducha, donde había una pastilla de jabón -que, al parecer, le pertenece- y que he guardado en el botiquín, por falta de espacio en la jabonera.
He dejado tres (3) jaboncillos que por norma se guardan en el botiquín, para el caso de entrada de un nuevo cliente en la habitación. Los pongo ahí, confiada en que no le molesten. Por favor, dígame si puedo serle de alguna otra ayuda. Su limpiadora habitual, Paqui.
E.S.C.: El gerente, Sr. Sánchez, me ha informado de su jabonosa insatisfacción con el, para usted molesto, servicio de limpieza de habitaciones. Le hemos asignado una nueva doncella. Con   nuestras disculpas y a su entera disposición, E. Fernández. Recepción.
Sr. Fernández: Al serme imposible conectar con usted, llamé al Sr. Sánchez ayer noche para ver si podía hacer algo con mi ya resbaladizo problema. La nueva doncella ha vuelto a dejar tres (3) jaboncillos en el botiquín más los tres (3) del día, ya sabe que son preceptivos.
Llevo cinco (5) días y ¡tengo veinticinco (25)!, ¿por qué me hacen esto? Sr. Contreras. (Continuará)



1 comentario :

Anónimo dijo...

Poco científico, pero muy divertido. viene bien de vez en cuando.