miércoles, 20 de septiembre de 2017

‘El búho y la vaca’. La redacción

Si me lo permiten les dejo de entrada con la traducción literal de una redacción francesa, y tras su lectura les comento algo de ella. Espero que les guste, más o menos reza así:
“El pájaro del que voy a hablar es el búho. El búho no ve de día y de noche es más ciego que el topo. No sé gran cosa del búho, así que continuaré con otro animal que voy a elegir: la vaca.
La vaca es un mamífero, tiene seis lados, el de la izquierda, el de la derecha, el de arriba y el de abajo. El de la parte de atrás tiene un rabo del que cuelga una brocha. Con esa brocha se espanta las moscas para que no caigan en la leche.
La cabeza sirve para que le salgan los cuernos. Y además porque la boca tiene que estar en alguna parte. Los cuernos son para luchar con ellos.
Por la parte de abajo tiene la leche. Está equipada para que se le pueda ordeñar. Cuando se le ordeña la leche viene y ya no se va nunca. ¿Cómo se las arreglará la vaca? Nunca he podido comprenderlo. Pero cada vez sale con mayor abundancia.
El marido de la vaca es el buey, el buey no es mamífero. La vaca no come mucho, pero lo que come lo come dos veces, así que ya tiene bastante, cuando tiene hambre muge, y cuando no dice nada es que está llena de hierba por dentro.
Sus patas le llegan al suelo. La vaca tiene el olfato muy desarrollado, por lo que se puede oler desde lejos, por eso es por lo que el aire del campo es tan puro.”
¿No les parece sencillamente genial? Como seguro habrán imaginado por su lectura, lo de más arriba tiene toda la pinta de ser una redacción escolar ¿Quizás de lo que sería la actual secundaria obligatoria española, también conocida como ESO? Sí, quizás.
Así mismo es probable que se trate de una supuesta tarea pedida por el profesor, en una clase de la otrora asignatura conocida como Ciencias Naturales, sobre el ave y el mamífero de marras. Sí, puede que también.
Una labor escolar en la que el joven autor demuestra tanta ocurrencia y desparpajo en su elaboración, como desconocimiento e ignorancia de su contenido, sobre todo, ¿por qué no decirlo?, del búho. Pobre animal, qué mal parado sale.   
Y del texto en sí poco más se puede sacar en primera derivada. Amén de que es atemporal, segunda derivada, y que debería ser aprovechado desde el punto de vista didascálico, tercera derivada. Trato de decirles con las susodichas derivadas un par de cosas.
Primero. Que lo podría haber escrito un escolando actual o uno del siglo pasado o, por qué no, uno de las postrimerías del XIX. Si se piensa la desbordante imaginación de los niños no tiene época.


Simplemente la tienen y está ahí desde que empiezan a serlo, hasta que lo dejan de ser, cosas de la biología humana. Además, por lo que sabemos es así desde que el hombre es hombre, y sin duda alguna la imaginación es nuestra ventana al futuro.
Y lo segundo es que, lejos de coartarla, lo que un buen sistema educativo debería hacer es potenciarla y utilizarla como recurso didáctico, como una herramienta más en el proceso de aprendizaje significativo. (Continuará)




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