domingo, 23 de julio de 2017

Hombres, hormigas y drogas (1)

Les dejaba hace casi una semana con el gato y su planta “favorita”, las hojas de nébeda.
Lo hacía a la vez que me comprometía a continuar la línea emprendida, con cualquier otro de los animales citados y su preferencia adictiva. Con cualquier otro, si bien no entraba en mis cálculos el animal autollamado hombre (he recibido varios correos al respecto), y es que poco más puedo decir de lo apuntado en los comienzos.
Hombres y drogas
De forma resumida y hasta donde conozco, el ser humano se droga por cuatro (4) motivos fundamentalmente: Por búsqueda del placer. Para encontrar valor en la lucha. Como evasión de sí mismo y su entorno cotidiano. Y para hallar un conocimiento más trascendente de la realidad.
Una actividad, la de drogarse, que viene realizando desde siempre. Vamos desde la misma la prehistoria, ese periodo temporal de la humanidad que abarca desde su origen hasta la aparición de los primeros testimonios escritos. Y más en concreto desde el primero y más antiguo de los períodos prehistóricos, el paleolítico.
Es más, si me apuran, desde los mismos orígenes de nuestra especie o, incluso desde antes de existir como especie humana. Y es que ya lo saben, en la actualidad está aceptado que ¡todos los animales se drogan!
Una observación humana de esta extraña conducta animal, que ya inició hace dos siglos el naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) en media docena de especies: cabras, monos y ciertas aves. Y de la que dejó constancia escrita, pero sin explicación alguna. Era demasiado pronto aún para que fuera posible.
Una observación que no quedó ahí pues de esas iniciáticas seis (6) especies animales drogadictas decimonónica, se pasó a cuarenta (40) en los años setenta del siglo pasado y a trescientas (300) en los años 90.

En la actualidad está documentado desde el campo de la etología, que unas cuatrocientas (400) especies animales consumen drogas. Ya saben que esta ciencia, mezcla de biología y psicología experimental, trata del comportamiento humano y animal en sus medios naturales.
¡En realidad está aceptado que todas las especies animales se drogan!
Hormigas y drogas
Entre ellas las hormigas “ganaderas” -han de saber que también las hay “agricultoras”, “esclavistas” y es que las hormigas establecen a menudo relaciones de lo más curiosa (parasitismo, simbiosis) con distintos seres vivos-, que se dedican a pastorear en sus hormigueros a un tipo particular de coleóptero o escarabajo.
Como seguro sabrán los coleópteros representan el orden de insectos más extenso de los existentes. Contiene más especies que cualquier otro orden en todo el reino animal, y su número se estima en más de trescientas cincuenta mil (375 000) especies conocidas. De hecho abarca más especies que cualquier otro orden en todo el reino animal.
Un tipo de escarabajo, el susodicho, al que alimentan y cuidan con el fin de chupar de su vientre gotitas de una sustancia que aquél exuda por unas glándulas, pero con la particularidad de que la ingesta de la sustancia no es con fines alimenticios.
No, nada más lejos de ese fin. Las secreciones que lamen con fruición y orden, en realidad son toxicas y estimulantes. Sí, las hormigas las ingieren ¡para embriagarse! (Continuará)




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