domingo, 16 de julio de 2017

Animales que se drogan: gatos (1)

No es un campo de conocimientos en el que me mueva con comodidad, pero como lo prometido es deuda, he aquí algunos animales que me consta se drogan. Empiezo con uno bien familiar y próximo, quizás por ello de los más estudiados: el gato común o gato doméstico.
Una subespecie de mamífero carnívoro, de la familia Felidae (Felis silvestris catus), que convive con nosotros desde hace ya casi diez mil (10 000) años y que tiene, por así decirlo, una droga favorita, una que le encanta y le resulta absolutamente irresistible.
Se trata de la coloquialmente conocida, entre otros nombres, como hierba gatera, menta gatuna o nébeda y, científicamente, como Nepeta cataria, una planta europea que de forma natural que crece en diferentes terrenos salvajes y baldíos, como por ejemplo en casas viejas en ruinas.
No tengo gatos en mi casa, pero los que sí los tienen habrán podido comprobar el entusiasmo de sus mascotas por esta hierba, de la que no sólo se comen sus hojas y flores, sino que juguetean con la planta y se frotan contra sus hojas y tallos.
Y no ha tenido que transcurrir mucho tiempo de esta curiosa actividad para que empiecen a cambiar de humor y de pautas de comportamiento. Por ejemplo se vuelven más juguetones y eufóricos poniéndose a dar vueltas sobre sí mismo, a exhibir comportamientos de caza aunque no haya ninguna presa cerca, a estirarse, a saltar sin ton ni son.
Claro que también se ponen a olfatear, babear, lamer, frotarse, producir sonidos similares a los que emplean cuando están en celo e, incluso, a tener signos de somnolencia. Es como si alucinaran bajo la influencia de esta hierba.
Es decir que el contacto con, y la ingesta de, la menta de gato, otro nombre para la yerba, les embriaga y excita sexualmente. De ahí que les encante aunque hemos de precisar que: (1) no les gusta a todos los gatos, (2) no son estos felinos los únicos que la prefieren y, (3) no es la única planta con la que les gusta intoxicarse.
(1) Por lo no mucho que tengo leído al respecto, perdonen la ligereza, parece ser que hay especies de gatos que son inmunes a los efectos psicóticos de esta planta nébeda, por lo que no muestran especial predilección por ella. Se estima que del total de la población gatuna vienen a ser uno de cada tres los indiferentes, pero eso sí, a cambio, los otros dos adoran este estimulante natural.
Estamos hablando por tanto de que dos tercios de los gatos experimentan auténtico placer al entrar en contacto, de una forma u otra con esta hierba gatera.
Una sensibilidad que apunta a que sea un rasgo heredado genéticamente, y un número en cualquier caso muy a tener en cuenta per se, del que debemos decir además que no es único, ya que le tenemos que añadir los de otros felinos, adictos a esta yerba.
(2) Porque ya lo saben, resulta que los gatos domésticos no son los únicos a los que les gusta esta planta. Se sabe que grandes felinos como tigres, leopardos y linces también muestran, digamos, cierta debilidad por ella. Bueno por ella y por otras.
Para ellos, como para los gatos domésticos, la nébeda no es la única planta de la que gustan y degustan, y suelen buscar otras drogas presentes en la naturaleza. En particular, la especie de gatos salvajes que son los jaguares buscan a la ayahuasca, también conocida como yagé.


Que en realidad, a su vez, es una mezcla de dos plantas, una enredadera y un arbusto chacruna, cuya ingesta produce vívidas alucinaciones y una intensa agudización de los sentidos. (Continuará)



1 comentario :

Anónimo dijo...

Tras la lectura de esta entrada, me han surgido dos dudas. ¿No debería haber utilizado "e" en vez de "y" delante de "hierba" ¿Cómo se escribe "yerba" o "hierba", uested la escribe de las dos formas.
Gracias. En líneas generales me gusta el blog.