miércoles, 29 de marzo de 2017

Tres fundamentos contra el bulo del PIN al revés (1)

Resulta que desde estos campos del conocimiento humano me he puesto a pensar sobre el tema, y cuanto más lo hago menos creíble me parece el asunto este de invertir el número. Verán porqué.
¿Qué ocurre si su PIN es capicúa? Quiero decir que es uno de esos números que se leen igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda.
Imagínese que es el 1221 o el 6996, ¿cómo sabe el banco si está introduciendo su PIN de forma correcta para sacar dinero o lo está haciendo al revés para evitar que le roben? No, no parece lógica, más que nada por poco factible, la historia de invertir el número.
Y mucho menos si piensa ahora que el número de la clave tiene todos sus dígitos iguales. Algo así como 6666 o 5555, ¿cómo lo escribe al revés? No, estamos en las mismas. Al igual que antes con el capicúa, resulta algo complicado valerse de este supuesto truco salvador.
Por cierto, ya de la que va, y como antes me he permitido posicionarme con respecto al uso del anterior término hoax, no puedo por menos que matizar algo sobre el actual término, capicúa.
Capicúa y número palíndromo
Desde el punto de vista de las matemáticas, la palabra capicúa hace referencia a cualquier número que se lea igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda, independientemente de las cifras que contenga, y así lo son: 5 , 33 , 919 , 2332 o 84748. 
Etimológicamente proviene de la expresión catalana cap i cua que significa “cabeza y cola”.
Y desde un punto de vista sociológico los capicúas son unos números cuya particular simetría, atrae a muchas personas que los coleccionan, junto al objeto que los porta, sea cual sea éste: billete de lotería, entrada de cine, matrícula de coche, entrada de teatro, billete de metro, etcétera.
Capicúa o en realidad número palíndromo, ya que en puridad un palíndromo (del griego palin dromein, volver a ir hacia atrás), en general, es cualquier palabra, número o frase que se lee igual hacia adelante que hacia atrás.
Pero cuando se trata de un numeral y éste está escrito en notación indoarábiga, entonces se llama también capicúa. Un número que goza de la propiedad conocida como simetría capicual, fácil de distinguir por sus dos características, que a su vez no resultan difíciles de comprender.
Por ejemplo en el número 17371 se observa que: primero, ambos extremos 1 y 1, equidistan dos posiciones del elemento central 3 y, segundo, la diferencia entre ellos es cero. Igualmente ocurre con los intermedios 7 y 7, que cumplen con las dos características. Y con el 3 que dista cero unidades de sí mismo, y su diferencia es cero.
Tras lo dicho, ni que decir tiene que todos los números de base 10 con un solo dígito {0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9} son palindrómicos, de ahí que antes le pusiera como ejemplo el 5 junto al 33, 919, 2332,...
Seguimos con los fundamentos
Vistos los dos primeros (uno y otro) de los fundamentos contra el bulo del PIN, hacemos lo propio con el tercero (estotro). Y estotro está a mitad de camino entre uno y otro. Me explico.

Antes de poner negro sobre blanco estas líneas y ni corto ni perezoso, he ido a una entidad bancaria, enseñado el mensaje de más arriba y preguntado si, desde el punto de vista técnico y administrativo, la historia de la inversión del PIN de la tarjeta del cajero automático tiene credibilidad. (Continuará)



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