miércoles, 25 de marzo de 2015

Los eclipses, unos viejos conocidos


En otras ocasiones les he escrito sobre los eclipses (solar y lunar) y les he dicho que es muy probable que se trate del sucedido cósmico más conocido, estudiado y predicho por el hombre, desde que éste lo es.

Predicho porque, se lo decía unas líneas más arriba, el del viernes ya se sabía que iba a suceder hace nada menos que veintitrés (23) siglos; es decir desde, al menos, dos (2) siglos antes de Cristo.

Es lo que tiene la Ciencia, que no hay que creerse nada.

Cualquier teoría científica que se precie de serlo, entre otras características, ha de tener: capacidad explicativa, para diferentes fenómenos observables; sólida confirmación, a través de numerosos hechos experimentales; y capacidad predictiva, demostrada para otros tantos fenómenos por suceder.

Y la gravitación, es toda una teoría científica.

Así que ocurrió no sólo lo que tenía que ocurrir, sino cómo y cuándo tenía que hacerlo. O lo que es lo mismo, ocurrió en tiempo, fondo y forma. De modo que la ciencia, como cuerpo de conocimiento, conserva intacto su capacidad para predecir.

Gracias a esta capacidad el almirante Colón y los suyos, salvaron la vida en cierto sucedido.

El eclipse de Colón
Ya se lo he contado, así que no me voy a repetir.

Recordarles tan solo que el sucedido ocurrió el 29 de febrero de 1504 (un año bisiesto) en Jamaica, si bien la historia comenzó en realidad unos meses antes, el 25 de junio de 1503

La misma en la que Colón varaba en la playa de Santa Gloria, con las dos carabelas que le restaban de la terna de partida.

A la entrada la llamé ‘Cristóbal Colón, los indígenas de Jamaica y un eclipse lunar’, y refleja de forma acertada, qué cierto es aquello de que la información es poder y, la ignorancia, la madre del miedo.

Y sabemos que Colón tenía información y si tuvo miedo, se ve que lo supo disimular bien.

Porque lo cierto es que resolvió la dramática situación a las mil maravillas. Gracias a sus conocimientos astronómicos, se hizo con el dominio de tan delicado momento.

Unos conocimientos poco intuitivos quizás de entrada, pero relativamente fácil de aprehender, incluso por niños, si es que se sabe enseñar. De hecho en nuestra enseñanza secundaria se hace utilizando distintos modelos.

Eclipses en la escuela
Uno de ellos es mecánico y me gusta. Consiste en colocar a un alumno de pie en la clase, y hacer que otros dos den vueltas alrededor de él a diferentes distancias, pero con unas características físicas, cinemática y astronómica, a cumplir.

Desde el punto de vista cinemático, la rapidez del que esté más cerca tiene que ser bastante mayor que la del que esté más alejado.

Y desde el astronómico, el alumno que esté quieto hará de Tierra y es el que cuenta lo que, en cada momento, ve del Sol. Mientras que el alumno más rápido y cercano a él hará de Luna y el más alejado y lento será el Sol.

Se colocarán los tres en línea (Tierra, Luna y Sol) y, con el planeta quieto, empezarán a moverse con sus respectivas rapideces el satélite y la estrella.

Es evidente que el segundo pasará muchas veces por delante del primero, sin que lo haya hecho el tercero pero, habrá una primera vez que los tres coincidirán en la misma línea de la que salieron.

Desde la Tierra diremos que se ha producido un eclipse total de Sol, al estar tapado por la Luna. Así es como se producen los eclipses de sol en el espacio exterior, cuyo ciclo se repite cada dieciocho (18) años y once (11) días.

Por cierto, no se lo he dicho aún, el próximo eclipse tendrá lugar el 21 de agosto de 2017 y será parcial. Para uno total habrá que esperar algo más de once (11) años, al 12 de agosto de 2026, y de doce (12) años, al 2 de agosto de 2027. Si estamos por aquí ya les mantendremos informados.

Porque no hay duda alguna de que de que los eclipses tiene cierta capacidad de atracción sobre nosotros. Lo que nos obliga a una reflexión, ¿por qué nos fascinan los eclipses de Sol?




1 comentario :

Anónimo dijo...

Sería de lo más oportuno que escribiera sobre las cajas negras de los asviones