miércoles, 23 de abril de 2014

Trampantojo de Borromini

Por trampantojo, trampa delante del ojo, se entiende de forma coloquial a toda ficción o ilusión con la que se engaña a alguien, haciéndole ver lo que no es.

Una técnica que intenta engañar la vista manejando el entorno, real o simulado, la perspectiva, el sombreado o cualquier otro efecto óptico que posibilite una sustitución de la realidad, una realidad simulada.

Los trampantojos suelen pinturas sobre lienzo, como los ojos reveladores del niño del cuadro Huyendo de la crítica (1874), del ochocentista Pere Borrell del Caso.

O pinturas murales, en las que la realidad se intensifica y acentúa mediante un diseño de perspectiva tal que, si las contemplamos desde un determinado ángulo, nos hacen creer que el fondo se proyecta más allá del muro o del techo, o que las figuras sobresalen de él.

O sobre el suelo.

También existe el trampantojo arquitectónico, del que es una buena muestra el del arquitecto suizo-italiano Francesco Borromini (1599-1667), que está considerado como uno de los máximos exponentes del barroco romano y muy interesado en la perspectiva matemática.

Su célebre ilusión óptica se encuentra en el Palacio Spada en Roma (Italia).

Trampantojo en el patio
Se trata de una falsa perspectiva, lograda por Borromini en el jardín mediante arcos y columnas que conforman una galería abovedada, un pasadizo que atraviesa el palacio con una escultura humana al fondo.

Desde el lugar adecuado el pasillo da la impresión de medir unos treinta y siete metros (37 m) de longitud y la escultura que se ve en el fondo ser de tamaño natural. Pero nada más lejos de la realidad.

En realidad la galería es mucho más corta, sólo mide ocho metros (8 m) y la escultura es bastante menor, sesenta centímetros (60 cm), de lo que parecen. Todo es fruto de un truco de perspectiva.

La realidad es que estamos delante de un trampantojo.

Una ilusión que se consigue haciendo que las columnas tengan un tamaño cada vez menor y alzando el suelo, que está diseñado con un punto de fuga. Hasta el seto está recortado de forma que la ilusión sea completa.

Un espectacular trampantojo cuyo engaño es fácil de desmontar: basta con cruzarlo y comprobar las auténticas medidas de pasillo y escultura.

Por la documentación existente sabemos que el arquitecto, para realizar estos cálculos de perspectiva recurrió a un matemático.

Por quiere ampliar información al respecto:

http://www.camillotrevisan.it/borromi/borromi.htm



1 comentario :

una seguidora dijo...

este verano iré a verlo y me acordaré de usted