viernes, 15 de febrero de 2013

Una visita extraterrestre (y 2)


(Continuación) Me explico. Si bien 27 000 km es una distancia que puede resultar inmensa, tanto para la mayoría de las personas, como en buena parte de los entornos sociales donde nos desenvolvemos, lo cierto es que, en el mundo astronómico, tal distancia es una nimiedad.

En cualquier caso, el 2012DA14 es el asteroide detectado con anterioridad -es decir, que se ha podido seguir su trayectoria- que más se acercará a la Tierra.

Lo suficiente como para que, durante las horas de máxima aproximación, la luz que desprenderá o meteroide, le haga brillar como una estrella de magnitud B.

Para nosotros será un pequeño punto luminoso, cerca de la Osa Mayor.

Por último, y en lo que respecta a la frecuencia de paso de asteroides de estas mismas características (tamaño, masa, distancia, etcétera), el equipo de científicos del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, en Pasadena (California), estima que puede suceder cada cuarenta (40) años de promedio. Una cifra a tener en cuenta.

Otros datos de interés científico: capacidad de influencia y Efecto Yarkovsky 
Dado su pequeño tamaño, la capacidad de influencia gravitacional de la roca sobre la Tierra es infinitésimamente pequeña. De modo que es, del todo descartable, la posibilidad de que pueda provocar modificación alguna, en las leyes naturales que rigen en nuestro mundo.

Me refiero a cambios en la rotación planetaria, perturbaciones en las mareas, producción de fallas, etcétera. Otro asunto bien distinto es lo que le pase a él, por entrar en nuestro campo gravitatorio.

Como es bien sabido cuando un cuerpo pequeño, tal como un asteroide, pasa cerca de la Tierra u otro cuerpo celeste grande, su órbita puede verse cambiada, y de forma rápida, por el efecto gravitacional del cuerpo más grande.

En este sentido se estima que el impulso terráqueo puede alejar a la roca durante cuarenta o cincuenta (40-50) años, pero dado que su trayectoria es cerrada, antes o después, volverá a acercarse.

Y sólo será cuestión de tiempo que termine impactando contra la Tierra. Milenios si quiere, pero terminará chocando. Y si no es ella lo hará otra.

Porque a la probabilidad de colisión de cuerpos Apollo, hay que añadir el efecto Yarkovsky, que si bien es menor cuantitativamente, cuenta a su favor el hecho de que esté actuando durante todo el tiempo.

¿Qué es el efecto Yarkovsky? 
Se trata de un fenómeno físico estudiado dentro del campo de la Termodinámica, según el cual las órbitas de objetos pequeños del Sistema Solar pueden cambiar su órbita, como resultado del modo en que éstos absorben la radiación del Sol en una de sus caras y la vuelven a irradiar mientras rotan.

Un intercambio energético, que si bien cuantitativamente es de un mínimo valor, al estar produciéndose continuamente, termina por producir, con el paso del tiempo, un ligero desequilibrio en las variables mecánicas.

Lo que lleva a una alteración de la trayectoria del objeto. Una consecuencia preocupante.

Este sorprendente efecto fue descubierto por el ingeniero ruso Ivan Osipovich Yarkovsky (1844-1902), a comienzos del pasado siglo XX.

Por los cálculos realizados sabemos que el próximo acercamiento tendrá lugar el 16 de febrero de 2046. Entonces el asteroide pasará a no menos de mil millones de kilómetros (1 000 000 000 km) del centro de la Tierra, distancia orbital.

Es lo que tienen las órbitas muy excéntricas. Que lo mismo pasan cerca que lejos.

Estotros datos de interés científico: posibilidades de impacto
Debe quedar muy claro que no existe ninguna posibilidad de choque del asteroide 2012DA14 contra la Tierra. En ese punto existe total consenso en el mundo científico.

El total y cierto conocimiento de su órbita así lo permiten afirmar. Aquí abajo todo apunta a que, esta vez al menos, nos libramos.

Donde sí podría haber algo de discusión es sobre el porcentaje de probabilidad de que impactara contra un satélite o una sonda artificial. O sea que aquí abajo no, pero allá arriba, podría ser que sí.

Es la propia NASA la que reconoce que existe una pequeña, muy pequeña, probabilidad de que así sea, y se produzca un impacto contra algún objeto artificial en órbita.

No debemos olvidar que el asteroide atravesará el conjunto de satélites geoestacionarios que utilizamos en telecomunicaciones y que se encuentran fijos sobre un punto concreto del planeta.

Orbitan en el Ecuador, a una altura de treinta y cinco mil ochocientos kilómetros (35 800 km) y es conocido como el cinturón de Clarke o la órbita de Clarke.

Es decir que estarán casi seis mil kilómetros (6 000 km) por encima de lo que se acercará el asteroide. Que por otro lado estará muy lejos de la gran concentración de satélites que orbitan mucho más cerca de la Tierra.

Entre ellos la misma Estación Espacial Internacional (ISS), que se encuentra a trescientos ochenta y seis kilómetros (386 km).

No, lo cierto es que el peligro de impacto es mínimo, ya que, apenas hay artefactos humanos a la distancia a la que pasará el asteroide y, éste, “llega desde abajo” sin cruzar en el mismo plano el cinturón geoestacionario.

No obstante, si más arriba les decía que un asteroide como el que nos trae, se estima que puede visitarnos cada cuarenta (40) años de promedio, ahora es mi obligación decirles que uno de ellos impacta contra la Tierra cada mil doscientos (1200) años. Una cifra para inquietarse.

Esotros datos de interés científico: Efectos y energía liberada en caso de impacto
Si bien está descartada la posibilidad de la colisión, la NASA ha valorado el efecto de un impacto de este calibre. Lo ha hecho tanto si cayera en el mar como si lo hiciera en tierra.

Y no duda en calificarlos de devastación a escala regional. No hay más que fijarse en las pruebas empíricas que tenemos sobre la ‘piel’ de nuestro planeta.

En el primero de los casos y más probable, dado que es mucho mayor la superficie de agua sobre la Tierra que de continentes, daría lugar a un tsunami.

En el caso de que cayese sobre tierra firme, y en función de su composición más o menos metálica, podría llegar a producir un cráter de un kilómetro (1 km) de diámetro. Por ponerles un ejemplo, si cayera en Madrid, el agujero sería del tamaño del Parque del Retiro.

Desde el punto de vista energético se liberaría a la atmósfera una energía por valor de dos coma cinco megatones (2,5 Mt).

Una cifra del orden de ciento veinte (120) veces superior a la de la bomba nuclear de Hiroshima, por ponerles otro ejemplo.


1 comentario :

Álvaro Sentido dijo...

¿Cree que hay relación entre el 2102DA14 y el meteorito ruso?
Me gustaría saber su opinión.