miércoles, 24 de octubre de 2012

PLACA de WASHINGTON IRVING (1)


Se encuentra en la pared del número dos de la emblemática calle Agua, cerca de los Jardines del Alcázar sevillano (41004).

Construida en bronce y con un tamaño de 70 cm x 70 cm, contiene la imagen del hispanista estadounidense Washington Irwing (1783-1859) con la siguiente leyenda:

A WASHINGTON IRVING 
RECUERDO DE SU AMOR A ESPAÑA 
30 MAYO 1925 
Breve y explícita, como la reseña que vamos a hacer de él. De este escritor romántico sabemos que sus largas estancias profesionales en España (llegó a ser embajador), le llevaron a conocer nuestra historia y literatura en un grado tal, que su identificación con ellas fue total.


Probablemente sea el primer hispanista estadounidense y uno de los más reconocidos a nivel mundial. Fruto de sus viajes por nuestro país, y las permanencias en ciudades como Sevilla y Granada, fueron la serie de libros que, en muy pocos años, llegó a publicar.

El primero de ellos nació de la fascinación que la vida y obra de Cristóbal Colón ejercieron sobre él. Su título Historia de la vida y viajes de Cristóbal Colón publicado en enero de 1828.

Libro muy popular en Estados Unidos y Europa -llegaría a tener 175 ediciones publicadas antes de fin de siglo-, fue el primer proyecto literario de Irving que publicaría con su propio nombre, sin seudónimo.

Después vendrían Crónicas de la conquista de Granada publicado un año más tarde, seguido de Viajes y descubrimientos de los compañeros de Colón en 1831. Sin olvidarnos por supuesto, del celebérrimo Cuentos de la Alhambra de 1832, y el no tan conocido Leyendas de la conquista de España de 1835.

A nadie escapa que, con semejante bibliografía, Irving es en gran parte responsable -aunque algo también pusieron los escritores franceses de la época- de la imagen romántica de Al-Andalus. Una imagen que, para bien o para mal, en estas cosas nunca se sabe, persiste aún en nuestros días.

De seguro que también tuvo una notable influencia en la visión exótica y orientalista que de España se tiene en determinadas partes del mundo.

Irving y Batman
Por cierto que, hablando de influencias, hay una que no es muy conocida de este autor. Lo relaciona con la ciencia-ficción; en concreto con el mundo del cómic, y más en particular, con el de los superhéroes. Un extraño nexo.

Irving fue el primero en popularizar el nombre de Gotham para referirse a la ciudad de Nueva York. Lo hizo en su obra satírica Salgamundi (1807) y, al parecer, tomó el nombre de la ciudad inglesa de Gotham en Nottinghamshire.

Una elección con toda la intención del mundo pues, no sólo etimológicamente significa “ciudad de las cabras”, lo que ya podría dar una pista, sino porque sus habitantes eran considerados como el paradigma de la estupidez o la locura.

La razón es porque, según cuenta la leyenda, impidieron al Rey Juan establecer su residencia en la ciudad, con las ventajas de todo tipo que dicha estancia les reportaría y, esto es lo mejor, por no se sabe bien qué peregrina idea.

En apariencia todo un desatino colectivo para unos. O no, al parecer de otros. Que esa es otra historia que, desde luego, no viene ahora al caso.

Lo que toca es decir que esa ofuscación popular la utilizó Irving para satirizar el desvarío que, a mayor escala, caracterizaba a la ciudad de Nueva York, ya a comienzos del siglo XIX.

Trasladados a mediados del siglo XX, como seguro saben, Gotham City es una ciudad ficticia del Universo DC Comics, en la que transcurren la mayor parte de las aventuras del superhéroe Batman.

La primera vez que aparece este nombre fue en Detective Comics N° 48 (febrero de 1941). Con anterioridad las aventuras del superhéroe sin superpoderes, transcurrían en Nueva York o en una ciudad no especificada. (Continuará)


1 comentario :

Anónimo dijo...

¿Tiene alguna publicación relacionada con Sevilla y la ciencia? es un tema sobre el que hay poco escrito.
Enhorabuena por el blog