viernes, 13 de enero de 2012

Leyenda, historia y ciencia de los Reyes Magos (II)



(Continuación) De modo que continuemos con su desarrollo histórico.  

Historia de un peregrinaje: de Saba a Milán (pasando por Constantinopla)
Por la documentación escrita sabemos que el destino de los Reyes Magos tras la adoración, fue bastante incierto. De entrada, San Mateo sólo nos dice que regresaron a su país por otro camino, para así burlar la ira de Herodes.

Bien. Si lo dice el santo.

Sin embargo, una pía tradición especula con otra idea. Una según la cual Tomás, uno de los doce apóstoles de Jesús, los había hallado, convertido y bautizado antes de consagrarlos como obispos en Saba.

La misma ciudad donde murieron martirizados hacia el año 70 de nuestra era. De allí fue desde donde trasladó la santa Elena, madre del emperador romano Constantino, sus restos a Constantinopla, la actual Estambul.

Lo hizo depositando los restos de los tres en un único sarcófago. No consta porqué no se hizo por separado.

Lo que tampoco hace mucho al caso que nos trae ya que, en realidad, lo que importa es que no fue éste tampoco su acomodo final.

Después de permanecer durante tres siglos en una capilla ortodoxa, las supuestas reliquias fueron trasladadas de forma consensuada a Milán.

El objetivo era dar prestigio con semejante reliquia a la ciudad.

Un objetivo que por cierto consiguió, si bien no lo es menos que no por ello evitó que las supuestas reliquias iniciara un nuevo peregrinaje. Un nuevo peregrinaje en este caso no consensuado.

Historia de un peregrinaje: de Milán a Colonia (manu militari)
Resulta que a mediados del siglo XII, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico I Barbarroja andaba de conquista y saqueo por las ciudades del norte de Italia, entre ellas Milán.

De modo que de esta ciudad, entre otros trofeos, se llevó las ya legendarias reliquias reales y las regaló a la ciudad de Colonia en 1164.

Por supuesto que lo hizo por métodos expeditivos, mediante el uso de las armas y la fuerza. Vamos, lo que se conoce como manu militari.

Y como era de esperar a Colonia empezaron a acudir miles de peregrinos, atraídos por la fama de tan preciado tesoro para la cristiandad. Lo que supuso un magnífico negocio para el obispado en limosnas que, en 1248, inició la construcción de una catedral.

Una que estuviera a la altura de tan valiosa custodia. La construcción duró más de 600 años y hoy día, la catedral de Colonia es uno de los monumentos góticos más impresionantes de Europa.

Por ahora es el destino final de un viaje que se inició en Saba y a través de once siglos, pasó por Constantinopla y Milán para terminar en Colonia. Ciudad donde son venerados junto a sus coronas, en un relicario bizantino.

Pasan por ser los restos de los Reyes Magos de Oriente. Tres gentiles que un buen día emprendieron un viaje, siguiendo el rastro de una estrella, para llegar a un establo en Belén y adorar a un niño, el Niño Jesús.

Es el mito de la Adoración. (Continuará)


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