miércoles, 31 de agosto de 2011

El nobel Ochoa


(Continuación) Como no hay dos sin tres, les traigo otra ocasión en la que el nombre de Severo Ochoa se unió al de Sevilla. 

Pero por desgracia, en ésta, el científico ya no se encontraba entre nosotros. Tuvo lugar en el año del señor de 2001.
Y tiene que ver, de nuevo, con el IES San Isidoro. Con el homenaje que el centro le hizo a su distinguido alumno Severo Ochoa de Albornoz.
El 21 de junio de 2001 se recordaba el paso del Nobel por sus aulas y lo homenajeaba con una placa conmemorativa.
Un acto al que vino invitado el bioquímico estadounidense Arthur Kornberg (1918-2007), quien en 1959 compartió con Severo Ochoa el Premio Nobel en Fisiología y Medicina, por el descubrimiento de los mecanismos de la síntesis biológica de los ácidos ribonucleico (ARN) y desoxirribonucleico (ADN).
Aunque descrito así, en realidad, el nobel de don Severo vino motivado por su extraordinaria trayectoria profesional. Sus grandes y definitivos hallazgos en biología molecular; sus aportaciones a la síntesis de las proteínas, la replicación celular o al código genético.
Una trayectoria académica que empezó, podríamos decir, en el mismo centro en el que acaba esta anécdota que les he contado. Y que cierra de alguna manera la círculo. Que dirían algunos.
Por eso no quisiera dejar pasar esta entrada, sin hacer mención de algunos de los ilustres estudiantes que pasaron por las aulas del IES San Isidoro.

Sin ánimo de ser exhaustivo, les cito: el poeta Manuel Machado, hermano de Antonio, hijo de Demófilo y nieto de Antonio Machado Núñez; los comediógrafos Álvarez Quintero;  el pintor Gonzalo Bilbao; el arquitecto Juan Talavera; el poeta Gustavo Adolfo Bécquer; el historiador Antonio Domínguez Ortiz, y por supuesto, a Manuel Losada Villasante, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica 1995.
Todos grandes hombres.


1 comentario :

Manuel Gómez dijo...

Me han parecido muy curiosas los detalles que cuenta sobre Ochoa. muy poco conocidos. enhorabuena.