sábado, 14 de agosto de 2010

Lise Meitner (y II)

(Continuación) Según ella bastaba un neutrón para escindir el núcleo.

Bombardeando con neutrones el núcleo de uranio (U), éste se escindía en kriptón (Kr) y bario (Ba).

Una reacción que hoy día estudian nuestros escolares de 2º de bachillerato en el tema de Física Nuclear de la asignatura de Física.

Otrosí predecía un nuevo fenómeno: la reacción en cadena. Incluso dio el nombre para el nuevo proceso físico: fisión nuclear.

Era toda la información, básica y fundamental, de un nuevo conocimiento físico, vital para la creación de la bomba nuclear.

Como hasta entonces, Lise mandó a Hahn lo que había descubierto. Y como siempre, éste se aprovechó.

Lo publicó en 1939 y sólo puso su nombre y el de Strassmann, omitiendo el de ella. Vanitas vanitatum.

Pero ella no se quejó, ni reclamó el reconocimiento de su autoría. Sencillez.

Hahn, después, se las apañó para descabalgar también a Strassmann de todo mérito investigador.

No lo hizo mal pues logró que, en 1944, el Premio Nobel de Química se lo concedieran a él sólo.

Vanitas vanitatum et omnia vanitas. Lise tampoco dijo nada, en esta ocasión. Humildad.

Y se trataba nada menos que del Nobel.

“Nuestra madame Curie”
Así la llamaba Albert Einstein. No en vano es una de las científicas más brillantes de Alemania.

En un par de ocasiones Lise estuvo invitada en los EEUU, donde impartió algunos cursos y conferencias.

Fue en este país, en 1943, donde se le propuso formar parte del equipo de Los Álamos. El que fabricó la bomba nuclear.

Ella no sólo rehusó, sino que mostró una honda preocupación por su uso militar.

Lo que no fue óbice para que se la llegara a conocer como la “madre de la bomba nuclear”.

Un sambenito injustificado que le colgaron. Una injusta y perversa falacia.

En 1966 como reconocimiento a sus contribuciones en física nuclear, se le concedió el afamado Premio Enrico Fermi.

A pesar de haber sido una empedernida fumadora durante toda su vida, y de haber trabajado en radiactividad durante muchos años, Lise casi llegó a cumplir los noventa años, al morir en 1968.

Extraordinaria naturaleza. Aunque nunca se casó. A lo mejor eso tuvo que ver.

En 1982 fue sintetizado un nuevo elemento químico, de número atómico 109. Quince años después se decidió llamarlo Meitnerio (Mt), en honor a Lise.

Un reconocimiento más a toda una Hacedora de la Ciencia.

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