viernes, 23 de julio de 2010

A propósito de las pulseras Power Balance (III)

(Continuación) Se lo repito. Un holograma no es nada ni extraordinario ni moderno.

Estamos rodeados de objetos que lo contienen y además tiene ya casi setenta (70) años.

Dada la rapidez con la que avanza la ciencia y la tecnología, esto de la holografía más que una modernidad es un carcamal técnico.

Según la teoría de la ciencia, ¿qué es el Mylar?
Pues tampoco algo excepcional. De hecho se trata de un viejo y enrocado conocido, pues es el nombre comercial que se utiliza en EE UU para definir el tereftalato de polietileno (PET).

Un tipo de plástico muy utilizado en la fabricación de envases y textiles por su alta resistencia a agentes externos.

Descubierto en 1941, para no extendernos ni liarnos, les diré que es el material con el que se fabrican las botellas de agua.

Ya me dirán ustedes lo que eso tiene de extraordinario.

Y por último, ¿qué es esto de la frecuencia almacenada?

Según la teoría de la ciencia, ¿qué es esto de la frecuencia almacenada?
Para empezar conviene aclarar que frecuencia no es una entidad material o física que exista.

No es más que un concepto, que nos informa del número de veces que un fenómeno se repite. Por ejemplo que hay cuatro mareas por día, que el autobús pasa dos veces cada hora, etcétera.

Pero ni el mar, ni el autobús tienen almacenada dentro una frecuencia.

Ya en el terreno de la ciencia, puntualizar que frecuencia es la magnitud física que nos dice el número de veces que un fenómeno se repite por unidad de tiempo, y que se expresa en s-1 o hercios (Hz).

Es decir, que la frecuencia no es algo material que se pueda almacenar en ningún sitio y menos en una fotografía que, al fin y al cabo, es lo que es un holograma.

Luego los hologramas no almacenan ninguna frecuencia y por tanto, por este motivo, no emiten ninguna radiación, ni benéfica ni perjudicial. Ni salutífera ni tóxica.

Bueno, sí. Como todos los cuerpos, los hologramas emiten energía infrarroja (IR).

Vamos lo que la gente llama calor y que es la energía que emiten, fruto del nivel térmico o temperatura que tienen, tenemos, todos los objetos. Animados e inanimados.

Pero para eso no necesitan ser hologramas. Esto ya es sabido.

Todos hemos visto las típicas imágenes de un visor infrarrojo en las que las cosas calientes aparecen con más brillo que las de su frío entorno. Unas en una gama de colores blanco-amarillo-rojizo y las otras en tonos verdoso-azulado .

Al fin y al cabo la radiación infrarroja no es más que un tipo de radiación electromagnética.

Una más de las que conforman el espectro electromagnético que bien conocen los estudiantes de Física de 2º de bachillerato.

Como pueden comprender, y a estas alturas del artículo, desde el cuerpo de conocimientos de la ciencia el asunto está más que claro. Está diáfano.

Nada de lo que se afirma es cierto. Y el principio que lo sustenta es falso de toda falsedad. Por lo que no haría falta seguir adelante.

Todo se reduce a una jerga destinada a engañar a los ingenuos para que paguen más de 30 euros, por este nuevo amuleto neotecnológico.

Ya se lo dije al principio, este penúltimo producto milagro llegado a nuestros hogares es la reinvención de las fraudulentas y ya trasnochadas “pulseras magnéticas”. (Continuará)

1 comentario :

English sir dijo...

De nuevo, "acribillando" verbalmente a las power balance, y con ellas, a sus compradores. Sin embargo, me temo que hasta que no lo diga "la tele", la gente seguirá creyendo las palabras de una empresa que solo se sienta a observar como la gente pica en su pseudociencias cual lubinas en un cebo. Y aún así, seguirán existiendo los "por si acaso". Yo creo, sinceramente, que los dignos de crítica son los compradores y no los vendedores, que simplemente buscan ganancias. Ah, se me olvidó algo. Si "la tele" dijera que las power balance son un timo, también estarían los típicos: "Pero es que a mí se me curó un resfriado al rato de ponérmela", "Pero es que con ella tengo más equilibro" etc... Por supuesto, todos como fruto del azar y no gracias a la pulsera de 2300 iónes por cm.