jueves, 17 de diciembre de 2009

El Síndrome de Stendhal (I)

“En 1817, el joven novelista francés Stendhal visitó la ciudad de Florencia. Nada le había preparado para la acumulación de tanta belleza.

Entró en la monumental iglesia de Santa Cruz, de repente se sintió aturdido, sufrió una ligera desorientación, palpitaciones y una intensa sensación de falta de aire y tuvo que salir.

Hoy en día, a estos síntomas se le conocen como Síndrome de Stendhal”.

Anuncio de televisión
Así comenzaba un anuncio televisivo de una conocida marca de coches, en el que se veían modelos abandonados con la puerta del conductor abierta.

Es probable que no lo recuerde, hace ya tiempo que no lo ponen. Por si es así, aquí lo pueden ver. Aunque poco importa, porque no hace al caso.



En realidad el anuncio no es que fuera especialmente brillante en sí mismo, pero tenía bastante de ingenioso y, sobre todo, de valiente.

Piense que empleaba una anécdota de un escritor del siglo XIX, para vendernos las excelencias de un coche en el siglo XXI. No me diga que no.

Se trata de una forma osada, quizás la única, de hablar de Stendhal, hoy día, en televisión. Piénselo bien.

Un anuncio de coche envuelto en arte. Casi nada. Todo un puntazo de comienzo culturizante.

Como además a la gente le dé por ir a Florencia o leer 'Rojo y Negro', entonces el acabose del remate educador. Demasiado.

O enfermar de belleza
Que es lo que viene a ser el síndrome de Stendhal. Un estado de ánimo que se manifiesta después de observar obras de gran belleza.

Especialmente si se hace en un periodo corto de tiempo y en un espacio reducido. Como una sola ciudad.

Un estado caracterizado por un cuadro clínico de angustia, confusión, melancolía, excitación, temblor, palpitaciones en el corazón, sudoración, zumbido de oídos, etcétera.

Tales síntomas fueron descritos por primera vez, en un libro de viajes 'Roma, Nápoles y Florencia' del romántico francés Marie-Henry Beyle, más conocido como Stendhal.

Al parecer, en su visita a Florencia de 1817, pasó todo un día admirando iglesias, museos y galerías de arte. Una experiencia que le dejó aturdido. Tal fue el derroche de belleza artística de la ciudad.

Atendido por un médico, éste le diagnosticó “sobredosis de belleza”. Desde entonces es el síndrome de Stendhal.

No es que sea una enfermedad, pero sí está reconocido como un trastorno médico pasajero desde 1979. Un desarreglo que suele afectar, tan solo, a una docena de personas cada año.

Por lo general son mujeres muy sensibles y perfeccionistas, de entre 20 y 40 años y que suelen viajar solas. Caución, señoras singulares.

Vade retro, Galileo
Por cierto que en la iglesia de Santa Cruz del sucedido stendhalino se encuentran, entre otras celebridades, las tumbas del gran Miguel Angel y el rebelde Galileo Galilei.

Y curiosamente no es esta coincidencia espacial, la única que comparten estos dos genios italianos. (Continuará)

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Yo me acuerdo del anuncio. me gusta la entrada

Anónimo dijo...

Este anuncio es espectacular