martes, 3 de noviembre de 2009

Acerca de Ágora (I)

Se me inquiere para que exprese mi opinión, desde el punto de vista de la ciencia, sobre la película Ágora.

Como bien saben está basada en la figura de Hipatia de Alejandría, traída como mujer científica a esta tribuna de divulgación hace unos meses.

Pues bien. Lamento comunicarles que no he visto la película aún, por lo que no puedo atenderles. No sabría, por lo que no debería, decirles el grado de rigor científico con el que ha sido realizado dicho film.

Lo que sí puedo es comentarles lo que, con un cierto grado de verosimilitud, se sabe sobre esta interesante mujer.

De este modo, si usted ha visto la película, podrá sacar sus propias conclusiones. Si les parece bien, de manera resumida, y sin ánimo de agotar del tema, me pongo a ello.

Lo que más o menos sabemos
1) Hay que empezar diciendo que es más bien poco lo que se sabe de Hipatia. Salvo que nació en Alejandría entre el 355 y el 370 d.C, que fue filósofa y maestra neoplatónica, que destacó en Matemáticas (está considerada como la primera matemática mujer de la que se tiene constancia en la Historia), también en Astronomía, y que además fue directora de la famosa Biblioteca de la ciudad.

Pero poco más. Por desgracia no han sobrevivido al paso del tiempo ninguno de sus escritos, ni de sus aportaciones teóricas, ni de sus inventos.

Sin duda Hipatia es una de las grandes desconocidas de la ciencia. Un personaje para la cultura occidental, ignorado y oculto hasta bien entrado el siglo XVIII cuando, gracias a la labor de filósofos, pensadores y enciclopedistas como Voltaire la rescataron y sacaron a la luz.


2) No hay ni la menor de las evidencias que hagan pensar que Hipatia fuera una adelantada descubridora y una teórica confirmadora del Heliocentrismo.

De entrada esta hipótesis ya la había propuesto Aristarco de Samos (310-230 a.C.) tres siglos antes de Cristo.

Y de salida, sabemos que las pruebas de la confirmación empírica de la misma no llegaron hasta pasados unos siglos. En concreto con J. Kepler. Se cumplen precisamente ahora cuatrocientos (400) años. Así que.

Lo que sabemos más o menos
3) De su papel como maestra carismática -que dejó una profunda huella en sus discípulos, algunos de ellos también importantes científicos de la época, y en disciplinas como Filosofía, Astronomía y Matemáticas, más de lo dicho. No nos ha llegado nada de forma directa.

Así como de sus escritos. Nada de nada.

Si bien es cierto que no son pocos los historiadores de la ciencia que afirman que escribió tratados sobre Matemáticas (cónicas, geometría euclídea y aritmética diofantina) y Astronomía (tablas ptolemaicas y explicaciones del Almagesto de Ptolomeo).

También coinciden en afirmar que mejoró y construyó instrumentos astronómicos como el astrolabio o el planisferio, entre otros. Bien, es probable que estén en lo cierto, pero no hay pruebas.

En relación con su famosa cita "Creo en la filosofía" que dicen que pronunció ante la Asamblea, con casi toda seguridad es apócrifa. Pero como suele suceder, el hecho de serlo no impide que guarde una verdad: la conjunción histórica de filosofía y ciencia.

Aunque con posterioridad fueron separadas en disciplinas, no ya sólo diferentes sino incluso irreconciliables, en un principio "filosofía" y "filosofia natural" estuvieron juntas. No olvidemos que esa "filosofía natural" es la que hoy conocemos como ciencia.

Lo que sabemos seguro
4) Respecto a la edad en la que murió, está descartado que lo hiciera joven. Según la fecha que tomemos de nacimiento, cuando el luctuoso sucedido Hipatía debía tener entre 45 y 60 años.

Por tanto nada que ver con la joven representada en el cuadro de Rafael Sanzio La escuela de Atenas (1509). O con la del pintor prerrafaelista inglés Charles William Mitchell de 1885.

De hecho el propio Voltaire, contribuyó también a crear el halo de voluptuosidad que envuelve la figura de Hipatia y su trágico destino.

Lo hace con una trivial y carnal frase: “Cuando se desnuda a mujeres hermosas no es para perpetrar matanzas”.

En fin. Disculpable, sobre todo, vista con la perspectiva que da el tiempo. Pero, ni que decir tiene, reprobable y prescindible.

Dejo para una próxima entrega otros comentarios relacionados con aspectos sociales, religiosos, culturales, etcétera, no por ello menos interesantes.

Lo hago porque me gustaría no cansarles, lo primero, y para poderles ofrecer mi opinión sobre la realización de esta película, lo segundo. (Continuará).

2 comentarios :

Anónimo dijo...

lo veo algo incompleto

Antonio Espina dijo...

¿Por qué la película se llama Agora?