viernes, 31 de julio de 2009

Ramón y Cajal, fotógrafo (I)


Nuestro Premio Nobel en Fisiología y Medicina de 1906 por sus hallazgos sobre las células nerviosas, fue también un apasionado de la fotografía, de la que, además, fue pionero.

Sin embargo sus fotos, sorprendentes por su modernidad y técnica, no se sabe bien el porqué, han quedado no ya en un segundo plano, sino prácticamente en el olvido.

En este año del Señor de 2009, cuando se cumple el 75 aniversario de su muerte, parecen volver del olvido. Y se mueven entre la Ciencia y el Arte.

Por ejemplo la que les traigo hoy. Unos autorretratos, que son una constante inspiradora en su obra. Éstos, de 1884, los realizó exponiendo un cuarto de placa cada vez.

En ellos podemos ver un microscopio que se lo regaló la Diputación Provincial de Zaragoza. Mucho me temo que es el responsable, en buena medida, de que esta imagen se conserve. Es lo que tiene la política.

jueves, 30 de julio de 2009

Claroscuros emilienses

La confusión surge de las distintas declaraciones que a lo largo de los años, Tomlinson ha ido dando cuando se le preguntaba por su invento.

Parecen las de un hombre de flaca memoria. Y produce asombro lo poco y mal que recuerda, algunos de los aspectos (claroscuros emilienses) de su primer correo.

Nada menos que del primer correo electrónico que se mandó en la historia.

¿Cuándo?
En un principio como fecha de emisión se tenía el año 1972. Una fecha que dio él mismo, y que se tuvo como tal hasta que, hace unos meses, declarara con rotundidad: “…tampoco es cierto que este suceso se produjera en 1972 como han apuntado…, fue en 1971".

Una seguridad que acompañó de unos gramos de queja hacia los medios de comunicación: “La Red ha ido mitificando este dato que, probablemente, un día publicó un periodista de prestigio y que todo el mundo dio por veraz sin molestarse en preguntar a nadie de dónde salió dicha información”. En fin, ya saben, lo de la muerte del mensajero.

¿A quién?
En relación con el destinatario, aquí no hay ninguna duda. No puede haberla. Según sus propias palabras: “...me lo envié a mí mismo”. Y es que no podía ser de otra manera ya que no había nadie que tuviera otro ordenador con ese programa.

Lo hizo desde un ordenador PDP-10 y lo envió a otro PDP-10 que se encontraba en la misma mesa y conectado, claro, a través de ARPANET.

La dirección de correo a la que lo envió, primera dirección de correo electrónico del mundo, fue tomlinson@bbn-tenexa. Y en su diseño empleó el símbolo arroba @ para separar el nombre del usuario y el del servidor donde se encuentra su cuenta. Mi dirección, por ejemplo, es carlosroque@ono.com.

Conforme les hablo tomo nota en mi moleskine para que otro día les cuente por qué escogió la arroba @ y no otro símbolo. Esta historia tiene su aquel.

¿Qué decía? (Primera versión)
Aclarado quién recibió el primer correo, queda por saber su contenido. Y en este tema más que confusión lo que existe es desolación. O ambas cosas. Ahora verán porqué les digo esto.

La primera versión es que su contenido consistió en la fila superior de las letras del teclado del ordenador, es decir, QWERTYUIOP. Según algunos exégetas, esta distribución no era más que un alegórico paralelismo entre la máquina de escribir y el ordenador, y de pasada un homenaje al teclado. Puede ser, pero no sé. Demasiado rebuscado quizás.

Para otros, fue algo más sencillo. Una elemental pulsación con los dedos sobre el teclado. Esta hipótesis me gusta más. Por simple. Ya me conocen.

¿Qué decía? (Segunda y tercera versión)
Así estaba el tema cuando, con posterioridad, se publicó que, en realidad, el señor Tomlinson no recordaba el texto que envió. “No tengo ni idea de lo que contenía el primer mensaje. Puede que fuera la primera línea del Discurso de Gettysburg de Abraham Lincoln. No lo recuerdo, es todo lo que sé. Sí recuerdo que todo estaba escrito en mayúsculas”. Como ven algo confuso.

El punto de desolación vino cuando, unos años después, este buen hombre manifestaba que el primer mensaje que envió no contenía nada. Sólo era una prueba y estaba en blanco. Estarán conmigo que no deja de ser chocante que no dedicara unos minutos a pensar en una frase ingeniosa. Con lo que somos los humanos para estas cosas.

Y esto es todo lo que les puedo contar acerca del correo electrónico y de su inventor el ingeniero Tomlinson. Pero en mi discurso he dejado caer otro asunto, lo de QWERTYUIOP, más que interesante.

¿Se ha preguntado por qué están puestas en este orden las teclas del ordenador? ¿Sabe que esta organización es heredera de la de las antiguas máquinas de escribir?

miércoles, 29 de julio de 2009

Enroque de Ciencia - 056


EMISORA : Radiópolis 98,4 FM Sevilla

RESPONSABLE : Carlos Roque Sánchez

DÍA EMISIÓN : Miércoles

HORA : 20:00 / 20:30

DÍAS REDIFUSIÓN :

Sábado de 14:30 a 15:00 h
Domingo de 11:00 a 11:30 h


En el programa radiofónico de hoy miércoles, 29 de julio de 2009, trataremos los siguientes contenidos:


1. Charles Darwin

2. Acerca de los comienzos

3. ¿Qué pasa si mezclamos Coca Cola con Mentos? (I)

4 ¿Qué pasa si mezclamos Coca Cola con Mentos? (y II)

5. Moralidad, sentimientos y razón

6. La leyenda de los sentimientos.



Salmonella typhi


Sin duda alguna, la salmonelosis es la intoxicación alimentaria más conocida y la más célebre de las veraniegas.

Se origina por la bacteria Salmonella typhi, que contamina los huevos y sus derivados, la leche no hervida y la carne cruda, especialmente la de aves, además de las aguas no tratadas.

La salmonela recibe su nombre de Daniel Elmer Salmon, un patólogo veterinario estadounidense, aunque fue su colega Theobald Smith quien descubrió la bacteria por primera vez en 1885, aislándola de cerdos con cólera.

Un problema de autoría investigadora, tan viejo como la propia investigación científica.

martes, 28 de julio de 2009

“Buena suerte, Mr. Gorsky”

Y en otro orden de asuntos, ya hemos comentado las primeras palabras de Armstrong al pisar por primera vez la Luna.

Unas palabras que fueron transmitidas a la Tierra, escuchadas por millones de personas y a las que siguieron varios comentarios más.

Los usuales entre astronautas y centro de control. Nada fuera de lo corriente. Es historia conocida que se encuentra recogida en cintas de grabación. Sin embargo…

Lo que no es tan conocido, pretende pasar por historia, no tiene nada de corriente y no está grabado en ningún lado, es la supuesta expresión que -al término del primer paseo lunar y momentos antes de introducirse en la nave- al parecer Armstrong pronunció.

Unas palabras, nada usuales en ese contexto, que durante casi 30 años han sido un misterio. Ahí va lo que dijo: “Buena suerte, Mr. Gorsky” ¿A quien se refería? ¿Por qué lo dijo? De manera oficial nadie sabía nada. Era un misterio. Pero decir, decían. Unos, otros y esotros.

En busca de explicaciones
Unos dicen que en la NASA llegaron a pensar que podría tratarse de un comentario intrascendente, un saludo a algún cosmonauta soviético.

Sin embargo, tras comprobarlo, no se encontró ningún Gorsky en el programa espacial soviético. Ni tampoco, por supuesto, en el estadounidense. No existía nadie con ese apellido.

Era alto secreto lunar. Es lo único que tenían, un comentario misterioso dentro de un secreto astronáutico.

Otros cuentan también que, siempre que Armstrong era preguntado por el significado de sus palabras, él se limitaba a esbozar una enigmática sonrisa y a cambiar de tercio. Pues perfecto.

Ahora tenemos un misterio dentro de un secreto y envuelto en un enigma. El tiempo transcurrió y, con él, la leyenda de la frase creció.

Esotros refieren que el 5 de julio de 1995, Armstrong, se encontraba en Tampa Bay, Florida, dando una conferencia. Al final de la misma salió a relucir, cómo no, la enigmática frase de, hacía ya, 26 años.

Lo sorprendente fue que esta vez, respondió ¡Por fin! Lo hacía porque, el tal Mr. Gorsky, ya había fallecido, y el astronauta consideraba que podía ser indiscreto.

Al parecer, todo empezó cuando él todavía era un niño.

Cierto día que estaba jugando al béisbol, en el patio trasero de su casa con un amigo, una bola que éste bateó con excesiva fuerza, llegó hasta el jardín del vecino, muy cerca de la ventana del dormitorio conyugal.

Los vecinos eran los señores Gorsky.

El joven Neil fue por la pelota y, cuando se agachó para recogerla, oyó a la señora Gorsky gritar: “¡Sexo oral! ¿Quieres sexo oral? ¡Lo tendrás cuando el chico del vecino se pasee por la Luna!”.

Ésa es la historia que dicen que contó. Qué les parece. Raro, ¿verdad?

Pero bueno. Estas cosas pasan. Y hasta aquí la pretendida historia.

Tras la verdad
Porque la realidad es otra. Veamos.
(1) En las grabaciones de la misión Apolo 11 no aparece dicha expresión por ningún lado.
(2) Armstrong nunca dio esa conferencia en Tampa Bay, y jamás contó esa historia en ningún otro lugar o momento.
(3) Es más. Armstrong llegó a dar una rueda de prensa desmintiendo toda esta leyenda urbana. La desmintió de "pe a pa".
(4) Unas últimas informaciones hacen pensar que la falsa historia tiene su origen en un chiste de un humorista de la época, un tal Buddy Hackett.

De modo que no es más que eso. Un rumor simpático, una historia falsa, que cuajó.

Una pena, aunque, como dicen los italianos: “E se non e vero, e ben trovato” (Y si no es verdad, está bien inventado).

Qué le vamos a hacer. Estas cosas pasan también.

lunes, 27 de julio de 2009

El hombre más solitario que ha existido nunca

(Continuación) Durante cerca de 22 horas, las que transcurrieron entre el domingo 20 y el lunes 21 de julio de 1969, el astronauta Michael Collins permaneció solo en el módulo de mando de la nave Columbia, girando en órbita circunferencial a 100 km de altura sobre la superficie lunar.


Fue el único astronauta de esa misión que no pisó la Luna. Mientras sus compañeros Amstrong y Aldrin iban y venían sobre ella, cumpliendo con su papel en la misión espacial, el de Collins era supervisarlo todo y esperar para llevarlos de vuelta.

Ningún otro ser humano ha estado tan solo en toda la historia de la especie. Y no es una exageración. No ya por la distancia física, 100 km a la Luna y 384 400 km a la Tierra, sino también por la psicológica.

Cuando el pequeño módulo espacial pasaba por la cara oculta de la Luna entonces, además, perdía la comunicación por radio con la Tierra, ya que la masa de nuestro satélite impedía las transmisiones de radio.

Eran cuarenta y ocho minutos cada hora y media hora, en los que el silencio y la oscuridad exterior lo inundaban todo. Hay que tener un temple especial para haber sido ese hombre.

El propio Collins relató todas sus experiencias, sensaciones y sentimientos, cinco años después, en un libro titulado Carrying the Fire. Al decir de algunos, probablemente, se trata del mejor libro de memorias sobre aquel proyecto Apolo. Y no es poca la literatura que se ha escrito acerca del mismo.


Bella y frágil
En especial, Collins, resalta las sensaciones de belleza y fragilidad que le produjeron la visión de nuestro planeta desde su módulo. La de belleza porque en medio de la oscuridad le parecía sólo una esfera reluciente del tamaño de una pelota. Un lugar aislado de todo por un espacio casi infinito. Un lugar pequeño e íntimo.

Pero también le pareció frágil. Allí, sola en medio de la nada, más bien parecía una pompa de jabón. Una esférica gota de agua trémula y brillante. Y tan vulnerable como ella.

A diferencia de Aldrin, Collins al finalizar su etapa como astronauta siguió vinculado a organismos e instituciones públicas dedicadas a cuestiones espaciales. Un hombre leal y subordinado a una causa.

Un aspecto de su personalidad que no pasó desapercibido. En 1970, el grupo de música pos Jethro Tull le dedicaba una canción de su disco Benefit. Se titulaba ‘For Michael Collins, Jeffrey and me¡ y en su letra resaltaba la personalidad secundaria de este astronauta. No está mal. Les invito a que la escuchen.


Por cierto, ¿pudieron ver los astronautas la Gran Muralla China desde la Luna?

domingo, 26 de julio de 2009

¿Por qué se dice la cara oculta de la Luna?

Es una buena pregunta cuya respuesta parece obvia: pues porque no se ve.

Lo que nos lleva a la siguiente: ¿Y por qué no vemos la cara oculta de la Luna?

Éste es un hecho constatado. Sea luna llena, menguante, creciente o nueva, la miremos directamente o con telescopios, siempre vemos las mismas cosas de ella.

Sea donde sea donde estemos, en cualquier país del mundo, siempre le veremos la misma cara.

La explicación científica reside en su cinemática. La Luna como la Tierra tiene también dos movimientos. Uno de traslación alrededor de la Tierra, ya que es nuestro satélite, y otro de rotación sobre sí misma. Y resulta que emplea el mismo tiempo en realizar ambos. Es decir que tienen el mismo periodo (T).

La rotación lunar sobre su propio eje es sincrónica con la traslacción alrededor de nuestro planeta y el valor de su sincronismo es de 27,7 días. Por este motivo siempre nos muestra la misma superficie. Lo que es un fenómeno muy frecuente en los satélites de nuestro Sistema Solar. Se dice de ellos que están desgirados, es decir que presentan siempre la misma cara al planeta más grande de los que orbite.

¿Y cuánta superficie vemos?

Se trata de una superficie que no es exactamente la mitad, sino un poco más, el 59% de ella. La razón estriba en la influencia gravitatoria que también ejerce sobre la Luna, nuestro astro el Sol.

Lo que es causa de un fenómeno conocido como libración. Unos balanceos en su fase de rotación que posibilitan que veamos más de la mitad de su superficie.

En concreto la Luna nos oculta una superficie de unos cinco millones y medio de kilómetros cuadrados (5 500 000 km2). Una zona mucho más accidentada que el hemisferio visible debido a que, como siempre está vuelta hacia el espacio, es la cara más expuesta a la caída de asteroides.

Recordar que de esta cara no pudimos saber nada a ciencia cierta, hasta que nos llegaron las primeras fotografías de la sonda soviética Luna 3, que fue la que tomó las primeras instantáneas, el 7 de octubre de 1959. Una misión que, ya les conté, no iba tripulada

Ningún ser humano pudo contemplarla, directamente, hasta pasado nueve años. Cuando los astronautas de la NASA, la circunvalaron por primera vez a bordo del Apolo 8 en 1968. (Continuará).

sábado, 25 de julio de 2009

¿Cuál fue el primer reloj que estuvo en la Luna?

(Continuación) En contra de lo que podría pensarse no fue el de Amstrong, el primer hombre en pisarla. Él no lo llevaba puesto en ese momento.

Fue, por tanto, el de su compañero Aldrin, que lo hizo catorce minutos después, el primer reloj que estuvo sobre la superficie lunar. Es una historia curiosa. Pero como suele decirse empecemos por el principio.

¿De qué marca era?
A la NASA le preocupaba mucho el tipo de reloj que llevarían los astronautas en la misión, dado que las condiciones a las que estaría expuesto en el espacio, serían muy diferentes a las que soportaba en tierra.

viernes, 24 de julio de 2009

“Un pequeño paso...”

(Continuación) Tras el breve repaso de las misiones a la Luna, volvemos a la primera, a la Apolo 11.

Una vez alunizado y tras varias horas de preparación para la salida, el astronauta Neil Amstrong ya estaba listo para descender sobre la superficie lunar.

A punto de hacerlo dijo: “Estoy al pie de la escalerilla. Las patas del Águila sólo se han hundido unos centímetros en la superficie. Parece ser de grano muy fino, cuando se la ve de cerca. Es casi un polvo fino, muy fino. Ahora salgo de la plataforma”.

Al poco descendía de la nave y dejaba la primera huella humana sobre la superficie lunar. La de su pie izquierdo. Quizás la huella más importante de la historia humana. Eran las 4,57 h del día 21 de julio de 1969 en España.

jueves, 23 de julio de 2009

¿Cuántas veces ha estado el hombre en la Luna? ¿Cuántos la han pisado?

(Continuación) Desde entonces lo ha hecho en cinco (5) ocasiones más y han sido doce (12) los hombres que han pisado el satélite.

Todos ellos estadounidenses. Se los recuerdo.

En el mismo año de la Apolo 11, volvía a repetirse la hazaña.

En noviembre de 1969, la misión Apolo 12, era la segunda en posarse en suelo lunar. En concreto en una región conocida como el Océano de las Tormentas. Sus astronautas C. Conrad y A. L. Bean fueron los elegidos para pisarla.

miércoles, 22 de julio de 2009

Enroque de Ciencia - 055


EMISORA : Radiópolis 98,4 FM Sevilla

RESPONSABLE : Carlos Roque Sánchez

DÍA EMISIÓN : Miércoles

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DÍAS REDIFUSIÓN :

Sábado de 14:30 a 15:00 h
Domingo de 11:00 a 11:30 h


En el programa radiofónico de hoy miércoles, 22 de julio de 2009, trataremos los siguientes contenidos:


1. ¿Cuál fue el primer reloj que estuvo en la Luna?

2. Moonwatch o el reloj lunar

3. ¿Por qué se dice la cara oculta de la Luna?

4. El hombre más solitario que ha existido nunca

5. ¿Se ve la Gran Muralla China desde la Luna?

6. “Buena suerte, Mr Gorsky


Segundo, éste lunero, antecedente soviético

(Continuación) Y a todo esto los soviéticos seguían erre que erre en sus intentos por ser los primeros en algo espacial. El 13 de julio de 1969, tres días antes de que comenzara la misión Apolo 11, la URSS mandó una nueva nave no tripulada con rumbo a la Luna. Y para que no hubiera ninguna duda de sus intenciones la llamó Luna 15.

El objetivo de la misión era más ambicioso que el de la anterior. La idea era que alunizara, recogiera muestras y volviera a la Tierra. Es decir lo mismo que la Apolo 11, pero con una doble ventaja. Lo haría antes y, además, no pondría en peligro vidas humanas. Era perfecto, desde el punto de vista propagandístico.

Dos días de antes de que despegar la nave estadounidense desde cabo Cañaveral, ya estaba la soviética en órbita lunar. Todo un golpe en los morros estadounidenses. Pero, por desgracia, no tuvieron suerte.

Como es sabido, el 20 de julio la Luna 15, mientras intentaba alunizar, tuvo algunas dificultades técnicas que provocaron un fallo en los cohetes de frenado. Un infortunio. La nave se estrelló sobre la superficie de nuestro satélite. Fin del sueño soviético. Comenzaba ahora el de sus rivales espaciales

Dificultades del Apolo 11
El despegue tuvo lugar a las 9,30 h del 16 de julio de 1969 en Cabo Cañaveral (Florida). En la cima del cohete Saturno V, de 110 m de altura y 2700 toneladas de masa iban, dentro de una capsula cónica, los astronautas Neil Amstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins.

Como el soviético, tampoco el alunizaje estadounidense estuvo exento de dificultades. Principalmente fueron dos pero, por fortuna, en esta misión pudieron ser subsanadas. La primera surgió cuando en pleno descenso lunar, el ordenador de a bordo se colapsó.

Entró en un “overflow” y no podía procesar toda la información que le llegaba. Conviene tener presente que ese ordenador de 1969 era muy, muy, muy inferior a cualquiera de los que, hoy día, tenemos en nuestras casas. Por ventura, se solucionó el “tapón informático”.

La segunda dificultad, derivaba de la primera. Mientras estuvo inoperante el ordenador, el módulo se había alejado del lugar previsto para el alunizaje.

En vez de estar sobre un terreno llano lo hacía a 6 km de distancia del lugar escogido. Descendía hacia un cráter, donde no se veía un sitio adecuado. Un grave peligro, en ciernes.

Y lo peor era que, en el motor de frenado, tan solo quedaba combustible para 30 segundos. Fueron unos segundos angustiosos. Afortunadamente, todo se pudo solucionar. En el último momento, Amstrong, encontró donde posar el módulo lunar conocido como Eagle. Las pulsaciones contabilizadas al astronauta en esos momentos fueron de 128 en un minuto. Demostró sangre fría y pericia.

Por la parte que nos toca, destacar que esta delicada fase de la operación espacial fue controlada desde la Estación de Seguimiento de Fresnedilla (Madrid), dirigida en aquel entonces por el físico español Luis Ruiz de Gopegui. En España eran las 22 horas, 17 minutos y 43 segundos del día 20 de junio de 1969. Yo lo vi en televisión.

El vehículo lunar Eagle había alunizado 4 días, 6 h, 45 min y 4 s después de haber despegado de la Tierra.

Sin duda la misión Apolo 11 fue una hazaña extraordinaria, que además nos dejó una frase para la historia.

La que pronunció Amstrong cuando pisó el Mar de la Tranquilidad de la Luna: “Este es un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad”. Una frase ésta que tiene su aquel, no crean. (Continuará)

martes, 21 de julio de 2009

Rumbo a la Luna

Coincidirán conmigo en que hay fechas que no se pueden olvidar. Se terminan instalando, primero, en la memoria del individuo y, después, en el inconsciente del colectivo de una manera que se vuelven imborrables.

Son distintas para cada generación, afectan de forma diferente a cada uno, pero todas y todos las tienen, las tenemos.

Para los que nacimos en los años cincuenta del siglo pasado, la llegada del hombre a la Luna en la noche -terrestre e ibérica- del 20 de julio de 1969, es una de ellas.

Pues bien, el pasado lunes 20 de julio se cumplieron cuarenta años de esta llegada del Apolo 11. Un viejo sueño de la humanidad, que en realidad empezó a tomar cuerpo en 1961, ocho años antes.

Cuando el presidente J. F. Kennedy pronunció su ilusionante y famoso mensaje en el Congreso estadounidense: “Esta nación debe comprometerse, antes de finalizar esta década, a conseguir el objetivo de hacer aterrizar a un hombre en la Luna y retornarlo sano y salvo a la Tierra”. Todo un reto.

Un reto histórico muy recordado. Y que desencadenó la “carrera a la Luna” entre la URSS y los EEUU. Una aventura que por parte de estos últimos, movilizó un total de 400 000 hombres, 120 universidades y 20 000 empresas. Todo ello fue necesario para poner al primer ser humano sobre la superficie de nuestro satélite y traerlo de vuelta al planeta. Un hombre, claro, estadounidense.

Primer, y lunático, antecedente soviético
Si bien corresponde a los EEUU el mérito del primer transporte humano de ida y vuelta lunar, no ocurre lo mismo con el de la primera nave que orbitó alrededor de nuestro satélite y regresó a la Tierra.

Al respecto se suele omitir que esta primera nave fue lanzada por la URSS, casi un año antes, el 15 de setiembre de 1968. Un lanzamiento que encierra una curiosa anécdota.

La nave soviética tenía de nombre Zond 5-B, orbitó a 1950 km de la Luna y regresó sin problemas a la Tierra. Casi igual que la estadounidense Apolo 11 podríamos pensar, pero con una diferencia fundamental: la nave rusa no estaba tripulada.

Y lo que es peor, ahora viene la anécdota, los soviéticos urdieron una trampa. Hicieron creer a los estadounidenses que sí lo estaba, que llevaba una tripulación.

Para ello colocaron a bordo de la nave una cinta magnetofónica, grabada con voces de astronautas que simulaban una conversación espacial. Se trataba de toda una patraña para desanimar al enemigo. Eran tiempos de la guerra fría, y la carrera espacial era uno de sus frentes. Debieron pensar que en la guerra, como en el amor, todo vale. Lo dijo el clásico: “Homo homini lupus”.

El caso es que en un principio, los técnicos de la NASA picaron y cundió el desánimo. Qué mala suerte. Justo cuando ellos estaban casi a punto de conseguirlo. No podía ser, pensaban. Y como no era, al poco tiempo, descubrieron el fraude.

De modo que continuaron en lo suyo. Aún podían ganar la carrera espacial. El hombre es un lobo para el hombre.

Misión Apolo 8
Por supuesto que se les exigieron a los soviéticos todo tipo de explicaciones. Explicaciones que ellos no tardaron en presentar junto a sus disculpas. Según su versión, en realidad, se había tratado de una prueba para un nuevo sistema de comunicación y que lo sentían mucho. Eso dijeron al menos.

Y aunque no coló, los estadounidenses dijeron que bueno. Que bien estaba y que aceptaban sus disculpas. Lo hicieron así, más que nada, porque ya tenían su misión Apolo 8 lista y era muy superior a la soviética.

Los astronautas F. Borman, J. Lowell y W. Anders celebraron la Navidad de 1968, girando diez veces sobre nuestro satélite, a tan solo 100 km de altura. Recordemos que la soviética orbitó a 1950 km y no iba tripulada. De modo que fueron los estadounidenses los primeros en acercarse lo suficiente como para poderla tocar casi, casi, con los dedos.

Es cierto que sólo la orbitaron, que no llegaron a pisar el suelo lunar, pero nadie les podrá quitar el honor de haber sido los primeros hombres en contemplar, con sus propios ojos, su otra cara. La otra de la Luna, su cara oculta.

Nada más salir del lado oscuro, una imagen azul y blanca se impuso ante ellos, viva y luminosa, era la Tierra.

Les debió de impresionar mucho pues manifestaron: “Hemos venido hasta la Luna y sin embargo lo más importante que estamos viendo es nuestro propio planeta Tierra”. Una frase para reflexionar. (Continuará).

lunes, 20 de julio de 2009

Tatuajes científicos. 17


Es lo más parecido a llevar a Darwin en el corazón. Su tatuaje pectoral.

En este Año del Señor de 2009 celebramos el 200 aniversario del nacimiento de Charles Darwin y el 150 de la publicación de su obra decisiva “El origen de las especies”, que revolucionó la biología.

domingo, 19 de julio de 2009

Los comienzos del correo electrónico

Todo empezó hacía 1967, cuando el ingeniero Raymond S. Tomlinson era empleado de una empresa, que trabajaba para el departamento de Defensa de los EEUU y que había ganado un contrato para crear la primera infraestructura de la Red de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPANET), del Departamento de Defensa de EE.UU.

Fue la primera red creada por el Gobierno de EEUU, para responder a los posibles avances de los soviéticos y sus investigaciones espaciales y que terminaría convirtiéndose en la actual Internet. Al poco tiempo, a “Ray” le fue encargada la creación de un sistema que permitiera comunicar entre sí a los investigadores.

Fue una tarea que, a la vista de los resultados, no parece que le llevara demasiado tiempo. Él, a escondida de su jefe, ya trabajaba en dos proyectos independientes que al unirlos conducirían a lo que hoy tenemos. La posibilidad de enviar y recibir mensajes entre diferentes ordenadores a través de una red de ellos: Internet.

Modesto e ingenuo
En este asunto resulta curioso un hecho. La importancia y el mérito de este invento fue, desde el primer momento, reconocida y premiada por todo el mundo, menos por el propio inventor. No hace mucho volvía a quitarse importancia, declarando que consideraba el correo electrónico “como un paso previsible en la informática y no como un invento genial”. Algunos lo llaman modestia.

Añadía que -lo que él llama su bebé- en realidad era “algo no muy grande. Tenía sólo 200 líneas de código” y que lo inventó como el que ve llover, “simplemente sucedió”. Para este tipo de respuesta conviene recordar la frase del gran científico francés Louis Pasteur: “En los campos de la observación, el azar favorece sólo a la mente preparada”.

Una frase que no es más que un explícito reconocimiento a la diferencia entre un accidente y un descubrimiento accidental. Y de cómo aquél, no disminuye el mérito y crédito de éste.

Un último rasgo de la personalidad de nuestro personaje nos la da un compañero de trabajo. Cuenta que cuando tuvo su invento preparado, lo primero que le dijo fue: “No se lo digas a nadie. ¡Esto no es en lo que, teóricamente, hemos estado trabajando todo este tiempo!".

Un claro ejemplo de ingenuidad profesional, a la vista de lo que vemos que sucede a diario y, sobre todo, de la importancia del invento.

Bueno pero, ¿cuándo se mandó el primer correo? ¿A quién? ¿Qué decía? En lo que respecta a estas preguntas, he de decirles que sus respuestas no parecen estar claras del todo. Lo llamaremos los claroscuros emilienses.

sábado, 18 de julio de 2009

The Mobile Evolution

En la forma no es, exactamente, como la conocida muñeca rusa. No nos vamos a engañar. Pero en el fondo, su concepción, sí está cerca del de una matrioska.

El proyecto artístico nos muestra todo el proceso por el que ha atravesado la telefonía móvil desde su nacimiento. Son maquetas de plástico a tamaño real que se guardan unas dentro de las otras.

Podemos ver desde el inmenso Motorola Dynatac hasta el iPhone, pasando por el Nokia Cityman o el Motorola Razr.

La idea es del diseñador británico Kyle Bean.

viernes, 17 de julio de 2009

Premios Príncipe de Asturias, 2009

No hace mucho la Fundación Príncipe de Asturias concedía el Premio Príncipe de Asturias de 2009, en la modalidad Investigación Científica y Técnica.

Lo hacía a los padres de la telefonía móvil y del correo electrónico, los ingenieros estadounidenses Martin Cooper y Raymond S. Tomlinson.

Para el jurado de esta fundación: “Los hallazgos de ambos investigadores se encuentran entre las más grandes innovaciones tecnológicas de nuestro tiempo. No en vano han revolucionado la manera de comunicarse de miles de millones de personas”.

Una revolución que se refleja en los más de cuatro mil millones de usuarios de telefonía móvil y en los mil quinientos millones del correo electrónico y de otros servicios de Internet. Y unas tecnologías que representan una importante ayuda a los países en vías de desarrollo, para los que suponen una fuente de igualdad y de oportunidades.

A este galardón, dotado con 50.000 euros y la reproducción de una estatuilla diseñada por el artista catalán Joan Miró, optaban cuarenta candidaturas, procedentes de veintiún países.

A las últimas rondas de votaciones llegaron también el físico, y secretario de Energía del Gobierno de Estados Unidos, Steven Chu, Premio Nobel de Física en 1997, y los bioquímicos Erik de Clercq y Antonin Holý, belga y checo, respectivamente, por sus investigaciones sobre nuevos tratamientos para el SIDA.

Unos candidatos, sin duda, merecedores también del premio por trayectoria profesional y méritos. Pero es lo que tiene la competición. Sólo gana una candidatura.

De modo que tendrán que esperar a otro año. Porque éste ha sido para los dos ingenieros, Cooper por su desarrollo del móvil y Tomlinson por la creación del correo electrónico.

Al primero de ellos seguro que los seguidores enrocados lo recuerdan. No hace mucho venía a estos predios y en más de una entrada, por lo que no le dedicaremos más atención.

Y nos centraremos en el segundo de los galardonados, el ingeniero Tomlinson, el padre del correo electrónico. En inglés e-mail, aunque conocido también como correo sin sello y, cariñosamente, como “emilio”. Por supuesto la figura estrella de Internet.

¿Qué sabemos de él? ¿Cómo empezó?

jueves, 16 de julio de 2009

El dolor


Frida Khalo nació con una anomalía en las vértebras; a los seis años padeció una poliomelitis, y a los dieciocho un tranvía le partió la columna.

En este cuadro muestra con un símil arquitéctonico, las múltiples fracturas y desplazaminetos que sufrió su columna.

El dolor lo representa con clavos incrustados en su cuerpo.

El nombre del cuadro es La columna rota/1944.

miércoles, 15 de julio de 2009

Enroque de Ciencia - 054


EMISORA : Radiópolis 98,4 FM Sevilla

RESPONSABLE : Carlos Roque Sánchez

DÍA EMISIÓN : Miércoles

HORA : 20:00 / 20:30

DÍAS REDIFUSIÓN :

Sábado de 14:30 a 15:00 h
Domingo de 11:00 a 11:30 h



En el programa radiofónico de hoy miércoles, 15 de julio de 2009, trataremos los siguientes contenidos:


1. Primer y lunático antecedente soviético

2. Segundo y también lunático antecedente soviético

3. Dificultades del Apolo 11

4. ¿Cuántas veces ha estado el hombre en la Luna?

5. “Un pequeño paso …”: La historia de una equivocación

6. “Un pequeño paso …”: Que a lo mejor no lo fue.



¿Se pueden borrar los tatuajes?

Me he informado y sí. De forma parcial o total, los tatuajes pueden ser eliminados de nuestra dermis. Además existen varias técnicas para ello.

Lejos queda ya por tanto aquello de que los tatuajes, como los diamantes, son para siempre.

Por supuesto que el resultado estético de la eliminación “tatuajera” dependerá de su tamaño, los colores empleados y la zona del cuerpo en la que se encuentre.

Pero vamos, pocos hay que se resistan a la eficacia de la técnica láser en sus distintos tipos, según la longitud de onda que se emplee. Así que de imborrables nada de nada.

Como sabemos, los tatuajes se realizan inyectando tinta en una capa profunda de la piel conocida como dermis.

martes, 14 de julio de 2009

Alan Turing


Es a mi entender uno de los tres astros, curiosamente todos matemáticos, que iluminan el campo de conocimiento de la Informática.

Turing junto a Ada Augusta Byron, condesa de Lovelace, en lo que hoy conocemos como “software”.

El tercero, ya lo habrá deducido, es John Louis Von Neumann y lo suyo es el “hardware”.

Salvando las distancias, y teniendo muy presente el factor escala, representan en la Informática el mismo papel que James C. Maxwell, Isaac Newton y Galileo Galilei representan para la Física.

Una cuestión de medida. Un poco más, algo menos.

lunes, 13 de julio de 2009

Charles Darwin

El 12 de febrero del Año del Señor de 1809 nacía en la ciudad inglesa de Shrewsbury el quinto de los seis hijos que tuvo el matrimonio Darwin. Le pusieron de nombre Charles, Charles Darwin.

Hijo y nieto de médicos distinguidos, su infancia y adolescencia pareció discurrir de manera feliz. Amaba a los perros, le gustaba pasear por los bosques y sentía por casi todo una curiosidad sin límite.

De hecho, desde muy pequeño, ayudaba a uno de sus hermanos en los experimentos químicos que éste realizaba, en un pequeño laboratorio que se había construido al final del cobertizo. De esos tiempos le viene el apodo de 'Gas'.

En definitiva un niño normal, al que no le gustaba mucho la escuela y cuyas andanzas, en absoluto, hacían presagiar en lo que se convertiría con el paso del tiempo. Nada menos que en el refundador de la Biología.

Él mismo en su Autobiografía escribió: “cuando salí de la escuela, no era ni muy brillante ni muy torpe para mi edad; creo que mis maestros y mi padre me consideraban un muchacho normal, quizá por debajo del nivel intelectual medio”.

De médico a clérigo
Como es lógico, siguiendo la tradición familiar papá Robert en el otoño de 1825 le mandó a estudiar medicina a Edimburgo. El joven Charles sería médico también.

Lo malo era que al futuro médico no le atraía demasiado la medicina.

Y lo cierto es que no le dio un palo al agua médica. Él prefería salir a cazar, beber, jugar a las cartas, escuchar música, Mozart y Beethoven, practicar el tiro. En fin.

Aunque también le gustaban la geología, la zoología, la taxidermia, y leer a Shakespeare, Byron o Walter Scott. O sea que de todo un poco, como en botica.

Casi tres años pasaron antes de que su padre supiera, y por boca de sus hermanas, que el niño nunca sería médico. Un disgusto y motivo por el que lo mandó a estudiar, ahora teología, al Christ’s College de Cambridge, en 1828.

Si no era médico sería clérigo, debió pensar el buen hombre. Lejos estaba de imaginar que tampoco en esto acertaría. En Cambridge fue más de lo mismo. Otros tres años “perdidos” desde el punto de vista universitario.

Los paseos con Henslow

Perdidos pero sólo universitariamente y por las mañanas, que es cuando se daban las clases. Y es que es e esta época, cuando arranca su pasión por las ciencias naturales. Durante esos años, por las tardes, aprendió botánica, entomología, química, mineralogía y zoología de la mano de su mentor en el College, el profesor J. S. Henslow. Sus compañeros de estudios en la universidad lo conocían como: “el hombre que pasea con Henslow”.

Como el mismo Charles confesó: “durante los tres años que pasé en Cambridge, desde el punto de vista de mis estudios académicos, perdí el tiempo tan lamentablemente como en Edimburgo y en la escuela”.

No es de extrañar que en 1831, cuando Darwin tenía 22 años y ninguna carrera acabada, su padre le reprendiera con estas palabras: “No te importa otra cosa que no sea la caza, los perros y matar ratas. Vas a ser una desgracia para ti y para toda tu familia”.

Acerca de los comienzos

Unas duras palabras que sin duda habríamos dicho cualquier padre, a la vista de la deriva de un hijo. Pero a veces los padres perdemos alguna que otra ocasión de callarnos. Por algo los gitanos dicen que no quieren buenos comienzos para sus hijos. Saben que la carrera de la vida es larga y que da tiempo para muchas cosas. Eso sí. Cuando se vale, se quiere y se puede. Como fue el caso del joven Darwin.

Por el contrario, la opinión que él tuvo de su padre era bien diferente. Durante toda su vida Darwin siempre dijo de él que era “el hombre más sabio que había conocido”. Y lo decía con orgullo de hijo. Unas palabras que le honran como hijo y persona.

De la importancia científica que tuvieron los trabajos de Darwin, nos habla la historia de la ciencia y del pensamiento. Después de él ya no volverían a ser las mismas. Su teoría de la evolución por selección natural puso patas arriba los cimientos científicos, el pensamiento social y las creencias religiosas. Demasiadas velas para moverlas todas a la vez. Así se formó la que se formó.

Un trabajo que se empezó a fraguar en su tiempo “perdido” con Henslow. Pero que necesitó del desencadenante de una expedición científica alrededor del mundo que duró, nada menos que, cinco años. Una aventura que descubrió, ¡ay es nada!, el origen de la vida.

Con su teoría de la evolución, Darwin obligó a cambiar, de forma radical, la mirada con la que el hombre había observado hasta entonces el mundo. Algo parecido a lo que ocurrió con otros conocidos e influyentes científicos como Galileo, Newton o Einstein.

¡Ah! Se me olvidaba. Dos siglos nos separan del nacimiento de este prometedor Darwin. Pues también de la publicación de Filosofía zoológica del naturalista Lamarck, que es de 1809. Es decir que la red de la evolución ya se estaba tejiendo para entonces. Aunque algunos creacionistas se empeñen en lo contrario, todo tiene un comienzo evolutivo. (Continuará)

domingo, 12 de julio de 2009

Tatuajes científicos. 16


La podríamos llamar la manzana orgullosa.

No es lo que podríamos decir un tatuaje científico. Pero, ya de la que va, ahí está reivindicativo y tobillero.

O eso dicen algunos exégetas.

sábado, 11 de julio de 2009

Oír y escuchar, ¿es lo mismo?

Con esta interesante cuestión me inquiere un buen seguidor de este blog, ¿es lo mismo oír que escuchar?

Para mí tengo que no es así y para contárselo recurro a las fuentes autorizadas: ¿Qué nos dice el diccionario de la RAE?

Pues si lo consulta verá que no es lo mismo.

Oír hace referencia, sólo, a la acción de percibir con el oído los sonidos. Mientras que escuchar es algo más, es nada menos que la disposición a prestar atención.

jueves, 9 de julio de 2009

Alan Turing: Matemáticas y homosexualidad (y III)

(Continuación) Como es lógico, Turing perdió el juicio y fue condenado por los seis delitos.

Para salvarse de la cárcel aceptó someterse, en régimen de libertad condicional, a un tratamiento aún en fase experimental.

Tratamiento de choque por homosexual
Denominado método órgano-terapéutico, durante un año recibiría dosis regulares de estrógenos, las conocidas hormonas femeninas que, supuestamente, le ‘curarían su homosexualidad’.

Una medida, sin duda, excepcional para la época.

Una especie de castración química androgenizante, que no sólo le impidió (1) concentrarse en su trabajo como científico, sino que le volvieron (2) impotente como hombre, le ocasionaron un preocupante (3) aumento de peso y le provocaron una (4) vergonzante ginecomastia, un desarrollo mamario semejante al de una mujer. Lo llaman efectos secundarios.

El tratamiento acabó en abril de 1953, pero Turing no pudo superar el trauma psicológico que le produjo. Era el final.

Como científico estaba acabado, como hombre anulado y su imagen pública, dada la enorme difusión que se dio a su proceso judicial en los medios de comunicación, estaba arruinada.

Fue cuando debió pensar, que ya sólo le quedaba el cuento de La Bella Durmiente.

Muerte de Turing
La tarde lluviosa del 7 de junio de 1954, Turing, cogió una manzana de la cocina y un bote con cianuro de potasio KCN (s) del laboratorio, un producto que utilizaba en las reacciones de dorado de sus experimentos eléctricos y también un conocido veneno.

Al día siguiente su asistenta lo encontraba muerto en su cama. A su lado, sobre la mesilla, el bote con restos de cianuro y una manzana a medio comer.

Según el forense había muerto envenenado por cianuro, probablemente inyectado en la manzana. El sucedido se consideró, oficialmente, un suicidio.

Pero no fue la única versión. Para la familia, para su madre, sólo fue un accidente. Una desgraciada ingesta motivada por la falta de precauciones, que su hijo tenía en el manejo y almacenamiento de las sustancias químicas del laboratorio. Lógico tratándose de una madre.

Y hay una tercera hipótesis más sobre la muerte, para así terminar de envolverla en una nube de misterio. La del asesinato.

Para algunos, la inestabilidad intelectual y emocional de Turing de sus últimos años, y los amplios conocimientos sobre muchos secretos militares, lo convertían en un riesgo potencial para la seguridad nacional.

Motivo por el que la inteligencia británica habría decidido su asesinato. No sé. La veo algo ilógica y bastante conspiranoide.

En cualquier caso un final amargo y terrible para una vida. Porque además hace sólo 55 años que sucedió, a mediados del siglo XX y en la democrática y liberal Inglaterra.

Un país y una época donde hoy se nos hace impensable que pudieran coexistir tanta ignorancia, brutalidad y prejuicios juntos. Tantos como para que condujeran a tal persecución judicial y tormento físico y psicológico de una persona.

Turing y Apple
Un último apunte sobre esta resumida biografía. Como dicen que la imaginación es libre, alguna que otra mente dispuesta encontró hace tiempo, una posible relación entre, la luctuosa imagen de la manzana mordida por Turing y el insólito logotipo de la empresa informática Apple Inc. McIntosh, precisamente, una manzana mordida.

Es una especie de leyenda que corre por los mentideros pseudocientíficos. Está claro que hay gente para todo.

Según la misma, el logotipo podría ser un homenaje póstumo a Turing y su relevante papel en el mundo de la informática. Vaya usted a saber.

Pero en ese caso si lo piensa, también podría ser un recordatorio del cuento de Blancanieves y su exégesis ¿Por qué no?

Aunque pensándolo mejor, durante un tiempo, el colorido del logotipo fue muy parecido al de la orgullosa bandera gay. Así que, visto así, no sabría a qué carta quedarme. Voy a ver si averiguo algo y se lo cuento.

En cualquier caso, y sea el santo que fuera, por informático, suicida o maricón, lo cierto es que la empresa informática ni confirma ni niega ninguna. Algo esperable. Al fin y al cabo es publicidad gratuita.

Alan Turing, matemático, precursor de la informática moderna, creador de la inteligencia artificial, atleta casi olímpico, criptógrafo, héroe de guerra, y suicida por maricón.

Es inconcebible que su trayectoria profesional y circunstancias personales no sean más conocidas. Pero estas cosas pasan.

Lo cierto es que la tendencia sexual gay, como el lesbianismo, casi nunca han resultado fácil de manifestar en nuestra sociedad. Por no decir nunca.

No, no es fácil ser homosexual en un mundo, mayoritariamente, heterosexual.

¿Por qué este mes se llama julio?

Como en el primitivo calendario romano era el quinto mes del año, se le denominaba Quintilis, o sea mes quinto. No fue hasta el 44 a.C., año del asesinato de Julio César, que su nombre cambió al de Julio. Y se hizo en su honor ya que había nacido, precisamente, en este mes.

Junto con agosto, dedicado al emperador César Augusto, son los dos únicos meses cuyos nombres derivan del de una persona.

A propósito de Julio César y César Augusto un detalle curioso. Originariamente estos dos meses del antiguo calendario, Quintilis y Sextilis, tenían cada uno 31 y 30 días, pero al ser renombrados en honor a ambos emperadores hubo que cambiarlos.

Resultaba que, desde el punto de vista político se producía un agravio comparativo. Uno tenía un día más que el otro. Algo que era políticamente incorrecto.

Por eso se decidió que agosto tuviera 31 días, en vez de los 30 que tenía cuando se llamaba Sextilis. Un día que hubo que quitar al mes de febrero, que por entonces tenía 29 los años normales y 30 los bisiestos. Es decir uno más que en la actualidad.

Y poco más que decir. Como en esta época del año se lleva a cabo la recolección del trigo, julio se suele representar con un segador practicando esta faena agrícola.

Bueno sí. Un breve apunte. Con esta entrega, la duodécima, doceava al decir de algún que otro ministro y victima de la logse, damos por terminada esta sección etimológica-calendaria de los meses del año que nos ha acompañado durante doce meses. Claro, ¿cuánto si no?

miércoles, 8 de julio de 2009

Enroque de Ciencia - 053


EMISORA : Radiópolis 98,4 FM Sevilla

RESPONSABLE : Carlos Roque Sánchez

DÍA EMISIÓN : Miércoles

HORA : 20:00 / 20:30

DÍAS REDIFUSIÓN :

Sábado de 14:30 a 15:00 h
Domingo de 11:00 a 11:30 h


En el programa radiofónico de hoy miércoles, 08 de julio de 2009, trataremos los siguientes contenidos:


1. ¿Por qué este mes se llama julio?

2. ¿Se pueden borrar los tatuajes?

3. Premios Príncipe de Asturias

4. Modesto e ingenuo

5. Claroscuros emilienses

6. QWERTYUIOP 


Alan Turing: Matemáticas y homosexualidad (II)

(Continuación) Es evidente que en su mente ya barruntaba la idea de lo que hoy conocemos como software. Y era tan solo el Año del Señor de 1936.

No es de extrañar que Alan Turing esté considerado como el “Padre de la Informática Moderna”. No, no lo es.


La manzana de Blancanieves
Un apunte más. En esta etapa de Cambridge solía repetir con frecuencia una frase de la película de W. Disney, La Bella durmiente, sobre la manzana envenenada, y la rapidez con la que un solo mordisco podía producir el descanso eterno. Toda una premonición.

En 1939, Turing, fue uno de los primeros científicos contratados por el gobierno inglés para trabajar en el Foreign Office durante la Segunda Guerra Mundial.

martes, 7 de julio de 2009

Punto al cubo

Tengo un par de dudas relacionadas con el dibujo ¿Dónde diría que está situado el punto:

1) Dentro o fuera del cubo?
2) Y junto a qué pared? ¿La que hay en primer plano o la que queda detrás en la imagen?

Tómese el tiempo que quiera para reflexionar. El cerebro suele jugarnos malas pasadas en estos asuntos de los sentidos.

Yo llevo ya un rato y no me aclaro.