lunes, 5 de enero de 2009

¿Qué pudo ser la Estrella de Belén? (I)

Desde el punto de vista astronómico, y dada su frecuencia, visibilidad, altura, duración, fugacidad, etcétera, distintos fenómenos celestes como estrellas fugaces, bólidos celestes, eclipses, planetas, el Sol, la Luna, etcétera, resultan ser hipótesis científicas poco probables para nuestra Estrella. Así que descartados.

Por supuesto ni mentarles la del OVNI, en su acepción más “magufa”. Una especulación inapropiada en este enrocado contexto, pero ya saben que “Donde la especulación es la regla, el infinito es el límite”.

No. La Estrella no es ninguno de los anteriores. Pero hay más fenómenos en el cielo.

Otros fenómenos celestes: el cometa
Como bien sabemos, el cometa es el candidato socio-cultural perfecto para la mayoría de las personas. Así es como dibujamos la Estrella de Belén. Un objeto con cinco o seis puntas seguido de una cola con varias terminaciones filamentosas.

No falta en ningún belén o árbol de navidad que se precie.

Pero, ¿y científicamente? Pues, mire usted por donde, no es mal candidato. Sus características astronómicas son parecidas a lo que cuenta Mateo que hizo la Estrella.

¿Deberíamos, entonces, hablar del Cometa de Belén y asunto resuelto? Pues lo siento pero no. Mejor no lo haga.

Ocurre que hay un inconveniente. No existe constancia de ningún cometa, en las fechas del nacimiento de Jesús.

Sólo en el año 12 a.C., fue visto uno en la constelación de Capricornio, desde agosto a octubre. Por desgracia demasiado pronto para nuestros intereses navideños. Se trataba del cometa Halley.

El mismo que vio en 1301, Giotto de Bondone y plasmó en su cuadro “Adoración de los Reyes Magos”. A él debemos la visión comética de la Estrella.

Otros fenómenos celestes: novas y supernovas
Pero hay otros candidatos. Por ejemplo una nova. Una especie de estallido que se da en los sistemas binarios cuando una de las estrellas, la enana blanca, captura materia gaseosa de su compañera, la gigante roja

Se desencadena así una reacción termonuclear que hace brillar al sistema como cientos de miles de soles.

O también una supernova. Una gran estrella masiva, que en las últimas fases de su vida agota su combustible nuclear y sufre un desplome gravitatorio. Se libera así más energía de la que emiten todas las estrellas de una galaxia.

De modo que ambas, nova y supernova, son buenas alternativas explicativas.

Y si les interesa mi opinión, casi mejor la nova que la supernova. Demasiado espectacular ésta última.

Además astrónomos chinos y coreanos observaron una nova durante marzo y abril del año 5 a.C.

Un dato muy interesante, pero con un inconveniente. Las novas no se mueven.

Vaya por Dios. (Continuará)


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